Que el golf es uno de los deportes donde la presión juega un papel más importante es algo más que claro, pero hay momentos en los que esa presión llega hasta unos niveles imposibles de explicar por cualquier humano, y un ejemplo de ello es lo que ha vivido Rory McIlroy para levantar su tercer trofeo como ganador del Hero Dubai Desert Classic.
La presión que ha tenido que manejar en el hoyo 18 es algo que únicamente sabe él, y eso que ha estado en situación de ganar un torneo en infinitas ocasiones, pero esta vez, en el Emirates Golf Club, era completamente distinto.
La tensión se podía cortar en el ambiente, pues todos los allí presentes que había en juego mucho más que un torneo, incluso más que un duelo personal entre Rory y Patrick Reed, era una cuestión casi de Estado.
McIlroy, que aparte de ser número 1 del mundo, enarbola la bandera de líder supremo del DP World Tour (golf tradicional), frente a Patrick Reed, uno de los buques insignia del LIV Tour (nuevo golf) y que tiene tantos enemigos como amantes, porque nunca pasa desapercibido.
La última vuelta del norteamericano ha sido estratosférica, sin nada que perder y mucho que ganar, o más bien mucho daño que hacer. Rory, que partía como favorito y con tres golpes de ventaja, ve como al ser su primer torneo del año, no tiene su mejor juego todavía, y tiene que ejercer de número 1 por él, por el DP World Tour y por todo lo que representa.
Reed, que sin excesiva presión encima, deja el -18 en Casa Club, espera con una sonrisa sabiendo que, por lo menos, ha conseguido poner a Rory contra las cuerdas, y le obliga a sacar un birdie si no quiere verse en un desempate cara a cara contra el Capitán América. Para colmo, el hoyo 18 del Emirates GC no puede traerle peores recuerdos a Rory, pues en la tercera jornada se fue al agua y terminó con bogey, lo mismo que en la decisiva cuarta ronda del 2021, donde perdió el torneo mandando también su segundo golpe al lago.
Es precisamente ahí donde entra el increíble trabajo mental de Rory McIlroy, que tras una salida regular que a punto está de tirar todo por la borda al terminar en el agua, es capaz de asumir el hecho de que tiene que jugar corto y buscar el birdie con el tercer golpe.
Dicho y hecho, pero además lo logra embocando un putt que muy pocos habían embocado este lunes, y cuando casi se daba por hecho el playoff. Pero Rory es mucho Rory, y el número 1 del mundo le pertenece por cosas como esta.
Así han sido los mejores momentos de Rory McIlroy en la ronda final: