La segunda victoria de Kristoffer Broberg en el European Tour se ha hecho esperar durante casi seis años, pero desde ayer estaba prácticamente cantada. Los 61 golpes con los que el sueco completaba la ronda del sábado le facilitaban una cómoda ventaja de cara al domingo.
Sin embargo, la presión de saberse ganador desde antes de comenzar la ronda final, estuvo muy cerca de jugarle una mala pasada a Broberg que vio como los birdies no frecuentaban su tarjea con el los días previos, los bogeys se multiplicaban, y sus adversarios se le echaban encima peligrosamente.
Entre ese grupo de aspirantes a estar al quite cuando el nórdico comenzara a fallar se encontraba Alejandro Cañizares. El español sacó a pasear el buen juego que ha presentado durante toda la semana, pero no pudo evitar que el hoyo 18 le castigase duramente.
Después de ocho birdies y dos bogeys que prácticamente no dañaron al español, el doble bogey con el que cerraba el torneo le alejaba definitivamente de cualquier opción de luchar por la victoria y se colocaba con -18 como número tres de la semana.
Otro que sufrió un doble bogey que le costará olvidar, este en el 13, fue el alemán Matthias Schmid que, después de restar siete golpes a su cartulina se encontraba de bruces con toda la crueldad del campo para finalizar a tres golpes de Broberg que, entre tanto, cerraba su participación con par en el 18.
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