Parece que a Andrew Landry le traen suerte los años pares. En 2016 ingresó en el PGA Tour, dos años después en Texas exhibía su condición de jugador local para ganar el Valero Texas Open, y ayer se adjudicaba, con una vuelta final de 67 golpes, el American Express.
Nobody said it was gonna be easy! Had to dig deep for my 2nd @PGATOUR win! 😰😎
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La del tejano no fue, ni mucho menos, la mejor vuelta del domingo, pero sus 67 golpes le dieron para que le salieran las cuentas. Dos golpes de ventaja sobre el mexicano Abraham Ancer valieron para alzarse con una victoria sufrida. Es verdad que Landry lo dio todo para restar ocho golpes antes del 18, pero los tres bogeys consecutivos entre el 13 y el 15 hicieron saltar las alertas.
A dream round for @Abraham_Ancer just keeps getting better.
Eso y el vueltón que se marcó Ancer. El azteca evitó los bogeys y se dedicó a restar hasta dejar su tarjeta en un escueto 63, nueve golpes por debajo del par del recorrido de La Quinta, en California, donde ayer concluyó el torneo. También el estadounidense Sam Burns entregó una tarjeta con nueve birdies, sin embargo, sus números anteriores le dejaban encabezando el grupo de tres jugadores que terminaron sextos.