Hace sólo un año y tres meses el golf español vivió su última victoria en un Major con triunfo de Sergio García en el Play-Off ante Justin Rose en el Masters de Augusta.
Fue la quinta Chaqueta Verde para el golf español, que volvía a ganar un Major desde que en 1999 José María Olazábal sumara su segunda victoria en el Masters de Augusta tras la lograda en 1994, y las dos del gran Severiano Ballesteros en el 80 y el 83.
La victoria de Sergio significó, primero para él, una descarga emocional increíble. Lograba su primera victoria en un Major después de 74 participaciones desde 1996, cuando jugó su primer Open Championship fallando el corte y después para un golf español que veía como cada año las oportunidades iban cayendo sin opciones de título.
Ahora, tras la Chaqueta Verde de Sergio, llega la 147º edición de un Open Británico que tiene para los aficionados españoles y para el jugador de Borriol una espinita clavada en Carnoustie con la derrota del mismo protagonista, Sergio García, ante un Padraigh Harrington que le remontó seis golpes en la última vuelta y que le “birló” la victoria después de que Sergio tuviera un putt de metro y medio para conseguir un triunfo que hubiera sido el cuarto en el Open para España. Entonces, en el 2007, no pudo ser así que seguimos esperando nuevas oportunidades que nunca llegaron a excepción de su segunda plaza en 2014 o la quinta en 2016.
Jiménez también estuvo cerca en 2001, cuando logró un gran tercer lugar después de rozar la victoria pero la Jarra no volvió a ser levantada por un español desde que el gran Seve lo hiciera por tercera vez en aquel lejano ya 1988.
Ahora, cuatro españoles -Sergio, Rahm, Cabrera Bello y Jorge Campillo- intentarán la machada de levantar esa Jarra de Clarete que significaría el noveno Major para el golf español. Los cuatro quieren ganarlo y cuentan con posibilidades. Quizá el favorito en las apuestas sea Rahm pero creo que nadie descartará a Sergio ni a Rafa Cabrera Bello y por juego y ganas a un Jorge Campillo que sigue soñando con la Ryder Cup.
Carnoustie será quien dicte sentencia el domingo pero las cosas van a estar muy duras para los cuatro y para el resto de jugadores que, seguro, vivirán y nos harán vivir un torneo épico en un campo único. Ojalá que el final sea feliz para el golf español 30 años después de la última victoria de Seve en el Open.