Antes o después

Hablábamos la semana pasada de la posibilidad de que Jon Rahm atacara la primera posición del “ranking” mundial y comentábamos que podía hacerlo en el Farmers Insurance Open porque defendía título. Los dos primeros días, jueves y viernes, estuvo más que claro que podía lograrlo porque apuntaba a victoria, pero el sábado se desinfló un poco y el doble “boggie” del hoyo dieciocho le dejó a cuatro golpes de la cabeza.

Empezaba la última jornada todavía bien colocado, pero la tarjeta se ensució enseguida y perdió sus posibilidades antes de lo que esperábamos. Aún así, no podemos obviar el hecho de que se habla de Rahm incluso cuando lo hace mal, como este pasado domingo. Todo el mundo cuenta con él para ganar cada vez que aparece, todos estamos seguros de que este mismo año va a llevarse algún Grande y a todos nos parece que muy duro tiene que ponerse Dustin Johnson para que no le arrebate el número uno.

Y lo grande de todo esto es que esos todos que menciono no somos sólo sus compatriotas. En Estados Unidos suelen ser reacios a reconocer casos como éste hasta que no queda más remedio, y con Jon ya han visto que hay que claudicar.

En este mismo torneo jugó también Tiger Woods y no, nunca estuvo en disposición de ganar pero creo que lo hizo mejor de lo que podía esperarse tras tanto tiempo sin jugar competición pura.

Le falló, sin duda, el golpe más largo y casi puede decirse que no marcó la calle con su bola porque visitó todos los “roughs” habidos y por haber, pero esto sirvió para demostrar que tenía bien afinado el juego corto y supo recuperar y salir de los atolladeros casi como en sus mejores tiempos.

Acabó con menos tres, un golpe menos que el español, y dejó muestras de su grandeza en golpes aislados. Si Tiger tiene suerte en lo que a físico se refiere no tengo duda de que nos dará agradables sorpresas, pues sólo necesita afinar su puntería con el “driver” y estoy convencido de que entrará en calor y volverá a ser competitivo.

No creo en un regreso demoledor de Tiger ni en que vuelva a ser número uno del mundo, pero entre ese extremo y el hundimiento de este último par de años hay muchas posibilidades. Me alegraría por él, por todos los aficionados al golf y por el golf mismo…