El granadino Scott Fernández se recupera a estas horas en Barcelona tras haber llegado el Lunes desde Oman a la ciudad Condal antes de dirigirse a su Granada natal para ver a su familia y a sus padres y para celebrar su nueva condición de jugador del European Tour, de un terrible catarro que casi le obliga a dejar de jugar en el torneo más importante de su vida, en la gran final del Challenge Tour.
"La verdad es que hubo varios momentos en los que pensaba que no iba a poder terminar el torneo. No lo he pasado tan mal en mi vida Estaba muy mal -aún no estoy bien-, apenas tenía fuerzas para dar un paso e incluso tras la primera jornada del torneo pensé en dejarlo pero afortunadamente mis limites físicos estaban muy por encima de lo que yo pensaba. Si hubiera sido un torneo normal del circuito no hubiera podido terminar pero saqué fuerzas de flaqueza, puse todo de mi parte y al final logré mi objetivo, la tarjeta".
"Este año ha sido un gran año para mi. He estado trabajando muy bien y haciendo las cosas como pensaba que había que hacerlas para lograr la tarjeta. Se que ahora viene lo más complicado pero estoy muy ilusionado en lo que voy a vivir la próxima temporada", asegura el granadino que todavía sigue maltrecho por el palizón fisico que se ha dado jugando esta final en unas condiciones extremas.
Tras el susto, Scott llegó a Bacelona y se dirigió directamente a urgencias. "Cuando me bajé del avión estaba hecho polvo y con los palos y todo me fui diréctamente a urgencias del hospital. No podía con mi vida y tampoco trenía ganas de comer, así que no tenía fuerzas para nada. Afortunadamente, ahora estoy mejor y empiezo a darme cuenta de la importancia de lo que he conseguido. Espero que este martes por la noche cuando por fin esté en casa pueda celebrar esta gran victoria personal y este objetivo cumplido, lo estoy deseando".
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