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Opinión

Guillermo Artola.
Guillermo Artola.

302

Por Guillermo Artola
martes 09 de junio de 2015, 10:35h

Ya suponíamos la semana pasada que el Memorial en casa de Jack Nicklaus iba a ser un torneo divertido, competido e interesante, y así ha sido. 

Los campos diseñados por el Oso Dorado son siempre variados, competitivos y bellos, y como ejemplo cercano tenemos Montecastillo en Jerez de la Frontera. Montecastillo tiene tanta categoría que, cuando Valderrama se tomó unos años sabáticos sin albergar el Volvo Masters para prepararse para la Ryder Cup, el relevo lo tomó el campo jerezano y fue más que digno, incluyendo esa edición ganada por Miguel Ángel Jiménez y disputada con un viento que se llevaba hasta las ideas. 

Ya podemos imaginar que el campo que Nicklaus diseña para que sea su club particular no le va a salir bien a medias, y Muirfield en Dublin, Ohio, es una belleza y lleva a los jugadores a tener que sacar lo mejor de sí para conseguir buenas tarjetas. Como gran campo y gran organización que tiene, el Memorial no necesita que el vencedor acabe sobre par o casi, y eso me gusta porque los torneos demasiado difíciles son, muchas veces, tristes y hasta aburridos. 

En la edición terminada el domingo pasado hubo desempate entre Justin Rose y David Lingmerth, y ganó el sueco en el tercer hoyo de "play off", lo que le brindó su primera victoria en el PGA Tour y privó a Rose de su segundo Memorial. Jordan Spieth hizo un cuarta jornada fantástica que le dejó a dos golpes de entrar en este desempate, y Francesco Molinari lideró durante muchos hoyos pero acabó cayéndose. 

Pues bien, todo esto es importante pero no es lo más notorio del Memorial recién jugado. Lo más tremendo de lo sucedido este fin de semana en el PGA Tour es la actuación de Tiger, que en la tercera vuelta pego ochenta y cinco golpes, que salió el último con un marcador en la jornada del domingo y que acabó el torneo con su peor resultado desde que es profesional, 302 disparos, quedó el último de los que pasó el corte y a veintinueve golpes del vencedor. 

Quien me conozca sabe que no soy un fan de Woods, pero verle arrastrarse me produce tristeza y espero, por su bien y por el del golf, que remonte lo antes posible y se acerque, al menos, a lo que era antes de entrar en esta crisis que le machaca. Sinceramente, ánimo Tiger, no desesperes y aguanta porque seguro que todo va a ir a mejor...

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