Esta edición del Masters esconde una historia preciosa de solidaridad protagonizada por Kevin Streelman en el torneo de los pares los Pares 3 que, por cierto, ganó tras un bonito Play-Off con Camilo Villegas.
Kevin
Streelman ha sido el ganador de los pares 3, el torneo "maldito" según los
supersticiosos del Masters de Augusta -aquel que gana los pares 3, no gana el
torneo- pero que es un espectáculo y este año especialmente entrañable por
muchos motivos: el play off entre Streelman y Camilo Villegas, el hoyo en 1 de
Jack Nicklaus, el caddy de Rory McIlroy, Niall de One Direction, y los hijos de
Tiger Woods llevándole la bolsa entre otras cosas.
Pero
todo esto es pura anécdota frente a lo que ha hecho Kevin Streelman -ganador el
pasado mes de junio del Travelers Championship-, que demuestra hasta qué punto
son solidarios los golfistas y buscan en todo momento la ocasión para ayudar,
como hicieron hace ahora un año los profesionales españoles con Make-A-Wish
Spain capitaneados por Gonzalo Fernández-Castaño en el reto Birdies for Wishes
en el Open de España.
Como
patrono de la Fundación Make-A-Wish Spain puedo asegurar que cuando un niño nos
cuenta su ilusión, removemos el planeta si es necesario para que ese niño
consiga hacerla realidad y, a través del trabajo y la realización de su
ilusión, reforzarse para seguir adelante con su durísimo tratamiento. Y
tratamos de que su ilusión sea aún más emocionante de lo que él espera.
Llamamos a las puertas que sean necesarias para conseguirlo y, ante la ilusión
de un niño, todo el mundo está feliz de ayudar.
También
hay gente que se acerca a la fundación para ofrecerse, como fue el caso de
Gonzalo Fernández-Castaño, y como ha sido el de Kevin Streelman; cuando nació
su hija Sophía tuvo que pasar unos días en cuidados intensivos y el sufrimiento
como padre con un niño enfermo, le dejó tan marcado que tomó la decisión de
ayudar a alguien. Así que un buen día, de motu propio, decidió llamar a
Make-A-Wish y preguntó si había algún niño que quisiese ir al Masters de
Augusta. Lo apasionante de esta historia es que fue él quien dio el primer
paso, consciente del sufrimiento por el que pasan estas familias que luchan por
vivir. Y por supuesto que había alguien, Ethan Couch, un niño de 13 años con un
tumor cerebral benigno pero que no se puede operar, y cuya ilusión era
simplemente ir al Masters de Augusta, una ilusión que tiene mucha gente y que
no es fácil de lograr.
A
través de Make-A-Wish Foundation Streelman pudo ponerse en contacto con Ethan,
le llamó por teléfono el día de su cumpleaños y le invitó al Master de Augusta,
el mejor regalo de cumpleaños para Ethan, hacer realidad su ilusión. Pero
Streelman dio un paso más y le propuso ser su caddy en el torneo de pares 3: "Puedo
llevar al caddy que quiera, ¿te quieres venir conmigo?". Ethan se quedó sin
habla. No sólo lograría hacer realidad su ilusión de ir al Masters de Augusta
sino que lo haría invitado por un grandísimo jugador.
Gracias
a Kevin, Ethan logró hacer realidad su ilusión y por primera vez pisó la hierba
del Augusta National, se impresionó con todo lo que Augusta impresiona, y fue
recibido por Kevin Streelman que rápidamente le proporcionó su mono de caddy
tan típico del Masters, y se lo llevó a los pares 3. Hicieron una pareja perfecta,
y lograron ganar el reñidísimo campeonato, venciendo a Camilo Villegas en
desempate.
Cada
vez que alguien me ayuda a contactar con una persona para hacer realidad la
ilusión de un niño -como ocurrió hace poco con Alfredo García-Heredia, que me puso
en contacto con Fernando Alonso- se sienten bien por ayudar en lo que esté en
su mano, pero no son realmente conscientes del alcance de esa ayuda: en
Make-A-Wish Spain no podemos cambiar el curso de una enfermedad, pero sabemos
que es crucial la forma de enfrentarte a ella, y por eso hay que darles las
herramientas para pelear. Y con estos pequeños gestos quizás no podemos llenar
su vida de días, pero sí llenar sus días de vida, y en parte gracias a su
ilusión y todos los que han colaborado para hacerla realidad: médicos,
voluntarios, contactos, familia y el personal de la Fundación.
Streelman
ha llenado la vida de Ethan, y con la humildad que transmite esa ayuda, afirma:
"No lo hago por mi, sino por ayudar a alguien que está pasando por momentos muy
duros. Si puedo contribuir a hacer realidad su ilusión, soy feliz. Y estoy
contentísimo del día tan maravilloso que hemos pasado juntos".