Y es que la ausencia del que fuera número uno del mundo sigue trayendo cola, sobre todo por que el propio Tiger estará deseando recuperarse al 100 por 100, como dice él para encarar el primer Major de la temporada de la mejor manera posible y no caer en los mismos errores que ha tenido en este comienzo de 2015 que lo han lastrado en todos los sentidos -psiquica como físicamente- hasta borrarle literalmente de los primeros puestos del golf mundial.
Este Arnold Palmer Invitational era un torneo que a Tiger le gustaba mucho. No en vano lo ha ganado ocho veces desde el año 2000 cuando se estrenó en el palmarés ganando después en 2001, 2002, 2003, 2008, 2009 y las del 2012 y 2013, último año en el que consiguió la victoria en este torneo que empezó a disputarse en 1996 y que en cierta manera se ha convertido en esa antesala del Masters de Augusta a sólo tres semanas de su comienzo.
No estarán tampoco en esta cita de Bay Hill grandes favoritos del torneo de la Chaqueta Verde como Sergio García, que descansa tras su primera etapa en la PGA este año sin demasiado éxito y un Jordan Spieth que tras su triunfo la semana pasada recarga pilas de cara al Masters.
Es verdad que el Valero texas Open y el Shell Houston Open serán piedras de toque muy importantes para saber el estado de muchos de los participantes en el Masters de Augusta pero no es menos cierto que de aquí a que empiece el torneo de Bobby Jones todo es como un juego del ratón y el gato. nadie quiere enseñar sus armas ni dejar ver su verdadero estado de forma. Es como una vuelta de entrenamiento de una carrera de fórmula 1, donde casi nadie quiere acelerar al máximo para no enseñar a sus rivales hasta donde puede llegar su motor.