Bubba Watson se enfundaba la
Chaqueta Verde por segunda vez en tres años. La primera victoria de 2012 fue emocionante, y la segunda ha sido más contundente, sin necesidad de play off. El estadounidense abría el año de los Majors con buen sabor americano, en una temporada en la que luego no le ha ido tan bien del todo. Ha terminado quinto en la
FedEx Cup, con 8 top ten, dos victorias, tres segundos puestos y un tercero. Su victoria en el primer Grande no ayudó al resto de Majors. No pasó el corte en el US Open, ni en el Open, y acabó en el puesto 64 del PGA.
En esta particular batalla de los Grandes, Europa ha vuelto a dominar. Martin Kaymer llegaba al US Open con hambre de Majors, y se lo llevó de principio a fin. Incontestable victoria del alemán con -9 en Pinehurst y ocho golpes de ventaja sobre el segundo clasificado, en un año en el que ha firmado dos victorias y cuatro top ten. Y eso que sólo ha brillado en el US Open, porque en Augusta acabó en el puesto 31, 70 en el Open y sin corte en el PGA.
El dominio europeo vino a través de un sólo hombre. El número uno mundial, Rory McIlroy. Su triunfo en el Open y en el PGA lo dice todo, pero además, ha firmado un octavo puesto en Augusta y un vigésimo tercero en Pinehurst. Su victoria en la Race to Dubai, en el BMW PGA, en el Honda Classic y en Bridgestone, su corona mundial y su nombramiento como mejor jugador en ambos lados del Atlántico no dejan señal para las dudas. 2014 ha sido para Europa en los Grandes,y ademásla Ryder lo ha confirmado.