Más de diez años después de su debut como niña prodigio del golf mundial, la golfista estadounidense de 24 años Michelle Wie ha impuesto su madurez para conquistar el Abierto de golf femenino de Estados Unidos, que se ha disputado esta semana en Pinehurst (Carolina del Norte).
Por
primera vez en la historia, el campo número dos de Pinehurst ha albergado
sucesivamente el Abierto masculino y femenino de Estados Unidos, con la
consiguiente oportunidad de comparar el juego de los mejores y las mejores del
mundo. Salvo la lógica diferencia de distancias y la victoria excepcionalmente
aplastante del alemán Martin Kaymer en la semana anterior, la similitud de los
resultados finales de ambos US Open demuestra que el buen golf no es cuestión de género.
Nacida
el 11 de octubre de 1989 en Honolulu, Hawaii, Wie es hija de un agente
inmobiliario que puso a jugar al golf a su hija con sólo cuatro años. Aprendió
pronto porque a los 11, fue la jugadora más joven en clasificarse para un
campeonato de aficionados de la USGA. En 2003 ganó el Women`s Amateur Public
Links, convirtiéndose así en la jugadora más jóven en ganar un evento de la
USGA para adultos.
En
2004, a los 14 años, se convirtió en la cuarta mujer en jugar en torneo del PGA
Tour, el Sony Open en Hawaii. Con apenas 16 años, Wie ya le pegaba casi 250
metros con el drive y en una ocasión, con apenas 16, en una entrevista a la
revista Time, aseguraba que "sería la primera mujer de la historia en jugar el
Masters de Augusta".
Con
esa edad, con apenas 16 años, Wie terminó segunda por detrás de Anika Sorenstam
en el McDonald Open y tercera en el British Open de ese mismo año y anunció que
no esperaba más, que se hacía profesional. Inmediatamente firmó un contrato con
Nike y Sony que superó los diez millones de dólares por año convirtiéndose ya
por méritos propios en una estrella internacional y millonaria de este deporte.
Sin
embargo, tras su salto al profesionalismo su carrera ha sido una autentica
montaña rusa y además no dejó de competir en torneos masculinos, algo que a la
larga no le ayudó en absoluto.
Pero
ha sido esta temporada cuando Wie ha empezado a demostrar lo que vale y hasta
dónde puede llegar. Su victoria en el US Open, sumada a la conseguida en el
Lotte Championship y a la segunda plaza
en el Karft Nabisco Champiosnhip la colocan como una de las mejores jugadoras y
más en forma del panorama mundial. Habrá que ver si aguanta la presión si sigue
mejorando y si Wie se convierte, por fin, en referencia del golf estadounidense
y mundial, si es que no lo es ya.