Hoy ha sido un día en donde todo el mundo hablaba del Campeonato, de las posibilidades de España, de los posibles batacazos de selecciones favoritas, de las ausencias, de fichajes tras el torneo y del Papa. Si, por que Francisco I también ha tenido hoy palabras para los futboleros.
"Les deseo a todos que puedan disfrutar de un maravilloso Mundial de Fútbol, con un espíritu de verdadera fraternidad", escribió el pontífice argentino en su cuenta de Twitter. "Es cierto que al final de este Mundial sólo una selección nacional podrá levantar la Copa, pero todos ganaremos si aprendemos las lecciones que el deporte nos enseña, reforzando los nexos que nos unen", completó el Papa de 77 años.
Y es que el fútbol es una de las pasiones de Jorge Mario Bergoglio, hincha del club de Buenos Aires, San Lorenzo de Almagro y, seguro, que también de la Argentina de Leo Messi.
Hoy también ha empezado en Estados Unidos el segundo Major del año, el US Open, donde también habrá argentinos y... españoles, como Sergio García, uno de los favoritos a la victoria, que jugará con una bolsa roja y amarilla en honor a la selección, ingleses, italianos, americanos, franceses. Jugadores todos ellos que no escaparán a la fiebre del fútbol, a seguir cuando puedan a su selección y vibrar entre jornada y jornada con los resultados de su equipo en el Mundial.
Sin embargo, no está de más analizar datos tan curiosos como que mientras en todo el mundo se habla de fútbol en Brasil, donde se juega el mundial, piden más pan y mejoras sociales cada minuto en vez de preocuparse por el futuro de la "Canarinha". Hoy las entradas del mundial de 2014 valen 13 veces más que las que se vendieron en el mundial de 1950 -aquel del maracanazo de Urugay-, sigue la brutal huelga de metro y los turistas y visitantes saben que lo de Río por la noche es mejor ni planteárselo.
Lo de que Capello, seleccionador de Rusia, cobre casi 7 millones de libras al año siendo el seleccionador mejor pagado del mundial es sólo una anécdota pero desde luego hace que pensar. El fútbol, como el golf y como todo el deporte profesional de máximo nivel, se mueve por el dinero, prácticamente sólo por eso aunque a los aficionados todavía nos quede el sueño de que en el deporte hay algo más que el vil metal, quizá algo "de alma", como diría el Papa.