Y es que Tiger ha comenzado hoy como un auténtico vendaval con un
birdie al 1, eagle al 2 y birdie al 3 que le colocaban en la dirección
correcta para intentar confirmar hoy la buena ronda que había firmado
ayer y que con -4 le dejó muy cerca de la cabeza de este torneo que ya
ha ganado en siete ocasiones con anterioridad.
Tras ese comienzo fulgurante que ninguno de sus rivales pudo
perseguir, Tiger Woods acabó los nueve primeros hoyos con 30 golpes y un
parcial de -5 que le daban un total de -9 que le aupaban en la cabeza
del torneo con una cómoda ventaja sobre sus más inmediatos seguidores,
Keegan Bradley y Chris Wood, que terminaron con seis bajo par y sendas
tarjetas de 68 golpes que apenas pudieron mitigar la exhibición de un
Tiger que buscaba en los nueve segundos hoyos cerrar prácticamente el
torneo para llegar a Oak Hill la semana que viene con cinco victorias en
su zurrón y pleno de moral para intentar romper esa racha de cinco años
sin ganar un Major.
Pero hoy la noticia es que Tiger, a falta de cinco hoyos por jugar,
llevaba nueve bajo par, con siete birdies y un bogey y su primer 59
parecía tener las horas contadas, sobre todo porque por delante tenía un
par 5, el hoyo 16 donde podía conseguir más renta.
Pero después de hacer par en el 14, en el 15 falló un putt para
birdie bastante asequible que no culminó con lo que sus posibilidades de
hacer ese soñado 59 iban desapareciendo aunque la ronda de Tiger con 61
golpes vuleve a confirmar que el número uno del mundo está muy en
forma.
Mañana y el domingo, con una ventaja de siete golpes sobre los
segundos clasificados, todo parece decidido en esta cita previa al US
PGA Championship. Ahora solo falta esperar, ver si Tiger consigue la
victoria y si es capaz de repetir lo que Phil Mickelson hizo hace apenas
un par de semanas; ganar el torneo previo del Open y luego ganar en
este caso el PGA. Si lo hiciera Tiger lograría su décimo quinto Major y
reducir al camino que le separa de Jack Nicklaus. pero eso será otra
historia.