Está de dulce y él lo sabe aunque tras su victoria en el Open Championship Phil Mickelson no ha tenido tiempo para casi nada después de visitar la casa Callaway en Estados Unidos, celebrarlo con su familia y amigos e, incluso, dar la campanada de aperturura en la bolsa de New York.
El martes fue el primer día en el que Phil Mickelson volvió a entrenar con asiduidad y a ver como estaba su swing y sus sensaciones. "Están fenomenal y estoy deseando volver a jugar y competir. Cuando me duermo y me levanto por la mañana y veo la Jarra de Clarete todavía me sorprendo. Ha sido excepcional pero ahora llega el Bridgestone y el US PGA y tengo muchos objetivos".
Entre ellos intentar ganar uno de los dos torneos o los dos que llegan en el calendario y ponerse primero en el Ranking de la FedeEx Cup, y puestos a soñar hacer otra vez doblete y colocarse a muy poquito de un Tiger Woods que es el actual número uno mundial, que también será foco de atención y que buscará en estas dos semanas sumar su quinta victoria de la temporada y en el PGA su primer Major en cinco años.