Quizá la gran sorpresa del día en la primera jornada de esta 142º edición del Open Championship haya sido el descalabro de un Rory McIlroy que sigue sin levantar cabeza a pesar de que el mismo dijo el miércoles, antes de empezar, que estaba "esperanzado" en que las cosas le salieran bien ya que estaba trabajando como nunca. Una opinión muy diferente a la del séxtuple ganador de Major, Sir Nick Faldo, que parecía opinar muy diferente al norirlandés "exigiénole" más compromiso con su trabajo.
La realidad es que McIlroy necesita hoy una vuelta de ensueño para poder pasar el corte y dejar de engordar una pelota que empieza a ser peligrosa en un jugador del que se hablaba no hace mucho tiempo como el antídoto perfecto a Woods y el futuro más claro del golf europeo y mundial.
Otro que tendrá que mejorar es Luke Donald que, desde luego, no atraviesa por su mejor momento de forma. Su +9 en la primera jornada es el mejor síntoma de que las cosas no le están funcionando nada bien. Resulta curioso que los dos jugadores que consiguieron en años consecutivos liderar las ganancias a uno y otro lado del Atlántico estén ahora mismo en un momento tan bajo de forma.
En cuanto a los que si parece que han cumplido sus expectativas hay que colocar a Tiger Woods, que viene de una lesión en su codo que le ha tenido un mes inactivo y que busca su primera victoria en un Major desde 2008 -cinco años y 20 grandes sin rascar bola- y Phil Mickelson, que tras su victoria en Escocia, parece tan seguro de si mismo que aunque no haya jugado ayer a su máximo nivel sigue siendo claro favorito a la victoria.
En cuanto a los españoles, lo de la jornada de la mañana de ayer fue para enmarcar, con una salida fulgurante de Miguel Ángel Jiménez -parecía un Red Bull de Fórmula 1- con sus tres birdies consecutivos al 1, 2 y 3 y sus -5 y 31 golpes en los nueve primeros, la serenidad de un Rafa Cabrerar Bello que sabe que su oportunidad está por llegar y que haciendo las cosas bien llegarán, aunque este año no está siendo el suyo, y la madurez de Gonzalo Fernández-Castaño que cada vez es mejor jugador, consciente de sus posibilidades y de como haciendo las cosas bien -muy bien diría yo- se alcanzan los objetivos que uno se plantea.
En la tarde las cosas no fueron tan bien. Álvaro Quirós sigue sin encontrar la llave de su juego y habrá que darle más tiempo. Eduardo de la Riva está en su parque de atracciones particular y seguro que hoy tendrá mejores sensaciones que ayer mientras que Sergio, una vez más, no termina de arrancar en un Major como todos querríamos. Si en el Masters empezó de cine- -7 y líder la primera jornada- y no acabó tan bien, esta vez empezó con +4 y ojalá que pueda recuperar el tiempo perdido. El Open es un torneo que le gusta, donde se encuentra cómodo y donde puede dar lo mejor de si. Ojalá que lo consiga.
Hoy los turnos cambian para todos y veremos muchas más cosas en este primer día del moviento, Mañana con el corte, esperemos que el Open siga enganchándonos tanto como lo hizo ayer.