El número dos del mundo es consciente de las miradas se centran una vez más en él y en saber si está o no recuperado en un año de altibajos. El jueves saldrá en la partida de Tiger Woods y Adam Scott, una circunstancia que le agrada. "Es una buena cosa. Estás en el ambiente y hay mucha expectación desde el primer tiro".
El norirlandés insiste en que sabe que no está siendo un buen año, y más después de la magnífica temporada pasada, sin embargo, acude a Merion Golf Club con los ojos brillantes, encendidos, de cara a un Major que le vuelve a poner en tensión. "Mi juego con los hierros es bueno", dice, en un escenario que le va a exigir, sobre todo de cara aentrar en calles, una estadísticaque no le es favorable y ocupa el lugar 106 del PGA Tour este año.
McIlroy ha repetido una frase que lleva diciendo todo elaño. "A uno legusta competir y ganar torneos, y esta temporada no lo he hecho. Eso ha sido la parte más difícil".