Y es que la organización de este evento debe permitir al golf francés promocionarse aún más en un país que en la actualidad cuenta con 410.000 federados, lo que hace que sea el séptimo deporte que se practica en el país, aunque esa cifra representa sólo un 0,61% de la población gala.
Una proporción pequeña comparada con el 5,8% de los suecos federados, que decidieron retirar su candidatura para la Ryder de 2018 al principio del proceso de selección, o el 9,5% de los estadounidenses. En España el número de federados ronda los 330.000, un 0,7 de la población actual, contando con cerca de 440 campos.
En la clasificación mundial, los golfistas galos están lejos de las primeras posiciones. El primero de ellos es Raphaël Jacquelin, que ocupa la 90 posición, y solo dos franceses saben lo que es participar en la Ryder Cup, Jean Van de Velde, que lo hizo en 1999, y Thomas Levet, que disputó la cita en 2004.
Se espera que ese enfrentamiento de equipos de europeos y norteamericanos genere cerca de 82,4 millones de libras (unos 94,4 millones de euros) de beneficios.
La Ryder Cup de 2012, 2014 y 2016, tendrá lugar, respectivamente, en Illinois (Estados Unidos), Escocia (Reino Unido) y Minnesota (Estados Unidos) y seguro que cuenta con un seguimiento mediático espectacular. En la última edición de la Ryder Cup, que ganaron los europeos en el campo de Celtic Manor de Gales, tuvo un seguimiento de hasta 620 millones de hogares siguieron el enfrentamiento en 195 países.
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