“¡Estoy contentísimo, feliz y muy satisfecho!, decía Jiménez tras acabar de jugar en Gleneagles. "Desde 1979 siempre ha habido españoles en el equipo y este año no podíamos fallar. Haberme clasificado significa mucho para mí, y defender los colores de España y Europa, muchísimo más. Confío en que también sirva para subir un peldaño que ayude a que la Ryder venga a Madrid en 2018".
"Voy dispuesto a darlo todo y a intentar conseguir los más puntos posibles. Europa cuenta con un gran equipo en esta edición, la pena es que no haya entrado algún otro español", decía Jiménez antes de coger el avión de camino a Suiza..
"Será una Ryder Cup muy reñida que ganará el equipo que sepa tener más calma y paciencia. A los más jóvenes les daría un consejo: que respiren hondo y disfruten. Me da igual con quién me empareje el capitán, me llevo muy bien con todos los jugadores y pienso disfrutar de cada partido y de cada minuto".
"Antes de irme al aeropuerto he estado charlando un rato con Monty y los tres vicecapitanes -Darren Clarke, Paul McGinley y Thomas Björn-, yme han dado la enhorabuena por clasificarme y hemos comentado las tres elecciones del capitán.
A Richard Hills, Director de la Ryder Cup, le he pedido –igual que hice en el 2004 y desde entonces no faltan- que en el “Team Room” tengamos buen vino español, café expreso, aceite de oliva y habanos; por supuesto, ¡lo tendremos!
"Hace un par de semanas, comentaba un felicísimo Jiménez, yo pensaba que tenía la clasificación prácticamente hecha y estaba bastante tranquilo, hasta el domingo pasado que ganó Peter Hanson y me adelantó. Volviendo en el coche hacia el aeropuerto –volaba a Málaga- me puse a hacer cuentas y no me salían, en ese momento tomé la decisión de jugar esta semana, no podía arriesgarme a dejar mi destino en manos de otros y decidí defender mi puesto jugando en Escocia esta semana".
"Llamé a mi sobrino Fernando, que se casó ayer, y no sólo me dijo que no quería verme en la boda sino que me animó y apoyó en mi decisión; eso sí, me dijo que no me perdonaba el regalo. Todos en mi familia lo entendieron perfectamente".
"Esta semana no temía que me adelantase Simon Dyson, aunque sí notaba mucha tensión. Yo tenía los números hechos, sabía que debía terminar noveno o mejor, independientemente de quién ganase".
Estoy dándole bien a la pelota y, a pesar de la presión, he jugado muy concentrado toda la semana. La tensión me gusta, cuando lucho por algo importante y tengo un objetivo que cumplir disfruto con la tensión, y me concentro bien. Por la noche, cenando, me desquitaba con buen vino tinto y un puro”.
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