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Los secretos del tratamiento del agua

Los secretos del tratamiento del agua

Por Josega Fernández
martes 23 de diciembre de 2008, 00:00h
Las II Jornadas del Club Manager Spain celebradas en el PGA de Girona tuvieron como principal protagonista el agua. Xavier Millet expuso los principales probleas y las soluciones en el uso de este preciado bien. Las trabas administrativas que tienen los clubes para utilizar agua, qué tipos de aguas tenemos y cómo podemos sacar el mejor partido de ellas, qué elementos arrastra o lleva disueltos el agua que nos llega, y cómo sacar el mayor rendimiento posible a la red de canalizaciones y automatismos fueron los aspectos más comentados.

El greenkeeper y el gerente deben ser conscientes de cuántos tipos de agua utilizan para mantener el césped sano y vivo, pero también el impacto que ese tipo de agua puede tener en el suelo en el que la planta desarrolla sus raíces y de la que toma su alimento, explicó Millet. Como ejemplo, mostró un análisis experimental desarrollado en los Estados Unidos, con plazos y aportes controlados de distintos tipos de agua, para comprobar la forma en que influía cada modificación en los valores de sales y minerales que se obtenían en las muestras.

Un punto control eficaz del agua, según Millet, son los depósitos en los que se almacena antes de introducirla en el sistema de riego. Los jugadores ven los lagos y lagunas como riesgos del juego y como elementos que aportan belleza al Campo de golf. Para el greenskeeper y el gerente son caldos de actividad en los que el agua experimenta cambios químicos que deben controlar. “Cuatro lagos distintos en un mismo campo pueden aportar agua con cuatro calidades diferentes”, explicaba Millet. “El tiempo de residencia del agua en el lago provocará alteraciones en los niveles de nitrógeno y de potasio. La época del año y la profundidad del lago pueden dar lugar a falta de oxígeno, y la presencia de animales va a modificar la aportación de nutrientes y el desarrollo de algas y de plantas”.

Tampoco se obvió el sistema de riego. “La función del riego en los campos de golf es muy sencilla de entender –explicó Millet–, pero muy compleja de poner en marcha: aplicar la cantidad de agua adecuada (ni más ni menos), discriminando las necesidades de las distintas zonas del campo (tees, calles, greenes o rough), y en el menor tiempo posible para no perturbar el juego de los socios o de los usuarios”. Esto requiere una inversión muy fuerte en componentes de alta tecnología que no entienden de ahorro, porque tienen una vida limitada en función de su naturaleza, su calidad y de su mantenimiento que deben tener en cuenta el gerente y el greenskeeper.

Las bombas son el corazón del sistema. Su buen funcionamiento permite tanto la captación óptima de agua como el bombeo de la misma hasta cada aspersor. Los autómatas que las gestionan permiten infinidad de funciones, que se determinarán en función de la información que aporten los sensores repartidos por todo el campo. Pero su eficacia dependerá de su mantenimiento efectivo, del suministro eléctrico y de la gestión correcta de su envejecimiento. “Hay que ser conscientes de que su uso es muy irregular a lo largo del año. En las épocas de uso intensivo sólo llegamos a un 64% de su capacidad, y su rendimiento decrece con el uso. Al mismo tiempo tienen tantos elementos automáticos que requieren supervisión (arrancadores automáticos, variadores de frecuencia…) que si no se revisan y se renuevan con la frecuencia precisa pueden ser un quebradero de cabeza para los greenskeeper y los gerentes”, dijo.

Hablando de los aspersores, Millet expuso que el sistema informático permite al greenskeeper, ya sea desde su oficina o desde las estaciones y “satélites” repartidas por todo el campo, regular la actividad de cada uno de los cientos de aspersores escondidos entre el césped. “Más aspersores no significa mayor consumo de agua. Al contrario. Cada zona del campo tiene necesidades distintas de agua en función del tipo de suelo y del tipo de planta, y sólo la variedad de los aspersores, su orientación y su regulación, nos permiten ser precisos a la hora de aportársela".

Son consejos que demuestra, una vez más, que en el golf el agua se cuida a veces mejor que en otros sectores o deportes, y que, en contra de lo que se piensa, son muchos los que se preocupan del medio ambiente.

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