Tiger Woods ha sido uno de los nombres del año 2017, y eso que sólo ha aparecido en competición en enero y en diciembre. Su reaparición a finales de 2016 en el Hero World Challenge abrió todas las expectativas para 2017. Sin embargo, todo se torció después de fallar el corte en e Farmers Insurance Open a finales de enero, y retirado tras la primera jornada del Omega Dubai Desert Classic en febrero.
A partir de ahí de nuevo un calvario para el ex número uno del mundo con su cuarta operación de espalda, intensos dolores que le llevaron a tomar medicación sin control, lo que le llevó a ser detenido en septiembre por conducir bajo los efectos de una fuerte medicación, en una imagen que dio la vuelta al mundo. De poco sirvió la presentación de su nuevo libro que le hizo aparecer en televisión sin dar pistas de su posible regreso.
Tras el verano y después de pedir disculpas por ese suceso y aclarar que se ponía en manos de profesionales, Tiger comenzó a trabajar para su vuelta y poco a poco fue descubriendo cómo golpeaba a la bola, hasta anunciar su vuelta, de nuevo en su torneo, el Hero World Challenge. Allí, el Tigre hizo soñar a sus aficionados con un noveno puesto, buenas rondas y hasta un eagle.
Para 2018, Woods ha anunciado que comenzará en el Genesis Open a mediados de febrero, en un calendario que ha medido algo más para prepararse bien de cara al Masters de Augusta, el primer Major desde el PGA de 2015, cuando acumuló tres Grandes sin pasar el corte.
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