Hideki Matsuyama despidió la temporada igual que la empezó: ganando. El japonés firmó una sensacional vuelta de 64 golpes (-8) este domingo en Albany Golf Club y remató su triunfo en el primer hoyo del playoff con un hierro 9 a poco más de un metro de bandera, suficiente para doblegar a un combativo Alex Noren.
Fue un cierre que recordó al Matsuyama más dominante. El ganador del Masters comenzó el año batiendo el récord de golpes bajo par del PGA TOUR en Kapalua, y volvió a firmar un golpe mágico: un espectacular eagle embocado desde 105 metros en el hoyo 10, acción que le permitió dar caza a Sepp Straka, superar a Scottie Scheffler y asumir el mando del torneo.
Noren, que no pudo comenzar su temporada hasta mayo por una lesión en los isquiotibiales, protagonizó una remontada formidable en los últimos nueve hoyos. Un birdie de 18 pies en el 18 le dio un brillante 64 y le permitió alcanzar a Matsuyama en -22 (266 golpes) para forzar el desempate.
Pero el playoff duró un suspiro. Matsuyama, famoso por soltar una mano del palo incluso cuando ejecuta buenos golpes, esta vez hizo girar el hierro 9 con satisfacción mientras veía la bola caer suavemente a solo un par de pies del hoyo. El intento de birdie de Noren desde unos seis metros se escapó por la izquierda. “Era una distancia perfecta para mí”, dijo Matsuyama. “En el segundo golpe del hoyo en regulación fallé un poco a la derecha. En el playoff fui a por el trapo y pude pegar un gran golpe.”
El japonés se adjudica así por segunda vez el torneo que organiza Tiger Woods, tras su victoria en 2016. Straka, líder tras 54 hoyos con un golpe de ventaja sobre Scheffler, cerró el torneo con birdie en el 18 para una ronda de 68 golpes, finalizando en solitario en tercera posición.
Scheffler, que aspiraba a su tercera victoria consecutiva en Albany, tuvo un inicio lento y un tramo fatídico en los hoyos 11 y 12 que lo sacaron de la pelea. En el par 5 del 11, con dos golpes de desventaja, decidió jugar driver desde lacalle a más de 260 metros pese a tener un pequeño trozo de barro en la bola: la bola se fue bajo un arbusto, y la secuencia terminó en bogey. Otro bogey en el 12, tras caer en el bunker, lo dejó cinco golpes por detrás cuando Matsuyama embocó un birdie de 9 metros en el 13.
Aun así, Scheffler cerró una temporada extraordinaria: no terminó peor que octavo en sus últimos 16 torneos desde el Houston Open en marzo. “Es bueno venir aquí y ver dónde estoy”, comentó el número uno del mundo. “He visto progreso en lo que he trabajado estas semanas y también en lo enfocado durante la pretemporada. Es un buen lugar.”
Matsuyama, que vistió su tradicional camiseta amarilla en la jornada final, comenzó el día tres golpes detrás del líder. No aprovechó ninguno de los dos pares 5 de la segunda vuelta, pero su recorrido sin bogeys y la brillante ejecución en el playoff le valieron para recibir por tercera vez un trofeo entregado por Tiger Woods (Hero 2016, Genesis Invitational 2024 y ahora Hero 2025). “Tiger me dijo que hiciera diez bajo par hoy”, confesó con una sonrisa. “No lo conseguí, pero estoy muy feliz por ganar esta semana.”
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