Hasta hace dos semanas, con 41 años a cuestas, cuatro victorias en el PGA Tour -es verdad que la última hace casi nueve años- y con la sensación de que su camino en el mejor circuito de golf del mundo estaba a punto de terminar, Camilo Villegas veía cada vez más cerca su adiós al golf de máximo nivel.
Villegas tenía en su agenda la previsión de que, salvo milagro, tendría que jugar la Escuela del Circuito del PGA, la Q-School-, para intentrar seguir haciendo lo que más le gusta: jugar al golf. "El Yacaré", como así le apodaron en sus comienzos a este atlético deportista por tirarse al suelo todo lo largo que era para apoyándose en una mano en su putt y en la punta de su pie para ver las caídas en el green, ganó pronto y se hizo con un buen status en el PGA. Cuatro victorias de 2008 a 2014 en seis añós en los que tocó el cielo con las manos. Todo le iba bien y parecía que sus éxitos no dejarían de llegar.
En su palmarés, además de esas cuatro victorias, 388 torneos jugados, cinco segundos puestos, siete terceros, 21 top-5 y 42 Top-10 que le colocaban como uno de los mejores jugadores del mundo y casi siempre como uno de los favoritos a la victoria final allí donde jugara.
Pero de repente, las cosas cambiaron y una lesión en el hombro le dejó casi fuera de combate durtante casi dos años. Y después, el drama familiar de perder a su hija Mía, con apenas 22 meses, tras padecer un cáncer cerebral que pronto se extendió a la columna y que hizo que el 26 de julio de 2020 falleciera en Miami, en Estados Unidos.
Desde ese momento y como es lógico, la vida de los Villegas cambió radicalmente. Los dos crearon la Fundación Mia para ayudar a niños con problemas similares a los de su hija y un año y medio después del adiós de su pequeña, la ilusión volvía a su hogar con la llegad de un nuevo hijo que, curiosamente, nació a la misma hora que su hija Mía, a las 7,56 de la mañana. "Creo que Mia me envía pequeños mensajes de vez en cuando y este fue uno de ellos", dijo María, esposa de Camilo Villegas tras el nacimiento de su hijo. “Entonces supe que todo iba a estar bien”.
Después de varios años sufriendo, jugando muy poco e intentando recuperarse de sus problemas en el hombro y en su alma, Camillo empezó a ver la luz poco a poco aunque sus resultados nunca volvieron a ser los de antes.
Aunque el colombiano ganó cuatro veces en el PGA TOUR, y aunque el golf era lo más importante en su mente durante 2020 y principios de 2021, todavía quedaba mucho trabajo por hacer en el campo para mantener su estatus en el TOUR. Se había perdido siete de once cortes esa temporada y 13 de 26 cortes la temporada anterior. También se perdió 10 cortes en 18 torneos disputados en el Korn Ferry Tour, la segunda división del PGA Tour esa temporada y las cosas no mejoraban.
Tras varias temporadas casi en blanco, Villegas probó a ejercer de periodista y comentarista en Golf Channel, en el Wyndham Championship, a principios de este año, pero lo que de verdad quería era volver a jugar al golf y hacerlo al mejor nivel, como lo había hecho siempre, así que, finalmente, rechazó la oferta televisiva para centrarse en su juego e intentar aprovecahr sus últimas oportunidades.
“La realidad es que me estoy haciendo mayor”, dijo entonces. “Tengo 41 años y no se ven muchos cuarentones ganando en el PGA Tour. He estado luchando primero con una lesión y luego tratando de volver a estar en plena forma, pero ves que poco a poco te vas debilitando, pero tu corazón quiere que sigas luchando y compitiendo, así que estoy muy feliz de como ha pasado", dijo tras ganar nueve años después.
Y es que hace dos semanas Villegas estuvo a punto de ganar en el PGA terminando muy cerca de la victoria. Esta semana, en el Butterfield Bermuda Championship, sabía que tenía una buena oportunidad y que de nuevo estaba jugando como él quería. Al final, tras cuatro rondas casi perfectas, "El Yacaré" volvió a ganar y tras hacerlo lo primero que hizo fue mirar al cielo.
“El golf me ha dado muchas cosas maravillosas, pero también me ha pateado el traero muchas veces", dijo. “Tengo a mi pequeña ahí arriba mirándome y sonriendo. Ella está donde necesita estar después de una larga pelea”, dijo.
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