Arrancaba el torneo con el foco mediático puesto en Lexi Thompson por ser esta su primera incursión en un torneo del PGA Tour. Muy pocos hablaban esos días previos al torneo de la presencia de un Tom Kim que no estaba jugando bien y que llegaba a las vegas con ganas de redención y con el sueño de volver a ganar el torneo en el que ya triunfo en 2022.
Tras las dos primeras jornadas, Thompson no pasó el corte y Kim empezó con paso firme a soñar con que el título pod´ria caer en sus manos de nuevo, sobre todo después de haber firmado dos vueltas de 68 golpes, aun que lo mejor estaba aún por venir.
Kim terminó el sábado, en el día del movimiento con una vuelta de 62 golpes que le dejaba con -15 empatado en la primera posición y ahora sí con todas las opciones de volver a levantar la copa de cristal.
En su última ronda el estadounidense entregó una tarjeta de 66 impactos para terminar con -20 y un golpe menos que su principal rival en la lucha por la victoria, el australiano Adam Hadwin que con 67 impactos en su última ronda se quedó a un solo golpe de poder forzar un Playoff que no llegó.