Con una jornada marcada por el retraso de casi hora y media por la niebla habitual en Torrey Pines comenzó esta 121º edición del U.S. Open con muchos atractivos, alguna duda y la certeza de que el campo elegido este año iba a cumplir de sobra las exigencias de la USGA en cuanto a dificultad y complejidad, tanto en las calles como en el rough y en los greenes que, seguro, se irán complicando aún más según vayan avanzado los días.
En la primera jornada primó la importancia de no quedarse fuera del torneo a las primeras de cambio y de eso se encargaron Rusell Henley y Rafa Cabrera Bello, que fueron los mejores del turno de mañana para colocarse en lo más alto de la clasificación -el americano con -4 y el español con -3- y empezar a marcar territorios para los que venían por detrás.
Rafa jugó de maravilla y con la fortuna del eagle en el 18 metiéndola desde fuera, se puso con -2 para encarar del 1 al 10 sabiendo que con un birdie más y sin errores podría terminar en la parte alta de la clasificación. Y así lo hizo jugando, por fin, como todos esperamos que lo haga.
Henley, por su parte comenzó con bogey al 1 pero con tres birdies en los nueve primeros hoyos que le dejaban tras la primkera parte de su recorrido con dos bajo par que luego mejor del 10 al 18 con tres birdies más al 10 al 15 y al 18 y un único bogey al 12 que le dejaban como líder del torneo tras el turno de mañana.
Por la tarde con muchos de los grandes pesos pesados en juego, con los grenes más complicados todavía y con la tensión de tener ya una referencia en la parte alta de la tabla, los grandes candidatos salieron a jugar. Con Rahm en casa club con -2 -es el principal candidato a la victoria- el resto de favoritos empezaron a colocarse en la tabla.
Koepka acababa quinto con 69 golpes, Dustin Johnson, número uno del mundo, terminava al par del campo, empatado con Sergio García y con su vuelta terminada y con un bagaje algo pobre con un birdie, un bogey y 16 pares que le dejan a cuatro de los líderes.
Por detrás de ellos hombres como Rory McIlroy al par del campo, Justin Thomas y Bryson DeChambeau -defensor del título-, con +2, Phil Mickelson, reciente ganador del PGA Championship, con +4 y Jordan Spieth con +6.
Y sobre todos ellos otro incombustible como el sudafricano Louis Oosthuizen, con el que nadie contaba en las quinielas previas y que ya está situado en lo más alto de la clasificación y con ganas de quedarse. El ganador del Open Championship de 2015 terminó este jueves con dos hoyos por jugar, el 8 y el 9, con cuatro bajo par y compartiendo primera plaza tras una tarjeta en la que empezó con bogey en el 11 para terminar sus primeros nueve hoyos con cuatro birdies y uno más en los nueve segundos que lo dejan con todas las opciones para que este viernes siga manteniendo esa primera posición.
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