Ganar el Masters de Augusta no está al alcance de cualquiera como tampoco lo está llegar alguna vez en su carrera a ser númereo uno del mundo. Jugadores como Justin Thomas, Sergio García o el mismísimo Sergio garcía no lo han sido nunca aunque una victoria en un torneo tan igualado como este año es el Masters podria ayudar a alguno a conseguirlo.
Entre los candidatos a lograr el cetro mundial se encuentra uno de nuestros representantes, el vizcaíno Jon Rahm, que tiene de nuevo, como sucedió este año en el Farmers Insurance Open -donde defendía el título logrado en 2017- la oportunidad de llegar al número uno mundial siempre que además de ganar el torneo de la Chaqueta Verde en su segunda presencia sucedan varias cosas con los que le anteceden en la clasificación, los estadounidense Dustin Johnson y Justin Thomas, número 1 y 2 del mundo respectivamente.
"Mi situación este año con respecto al año pasado es muy diferente. El año pasado llegue jugando muy bien, habiendo ganado el Farmers en Torrey Pines, con opciones de ganar en otros torneos también. este año he ganado tambien pero no he jugado al mismo nivel hasta ahora, es verdad. El descanso que me he tomado creo que va a ser bueno pero no llego este año a Augusta con tanta presión y espero jugar bien.
"El año pasado aprendí mucho. Augusta es un campo que tiene mucho truco y al final hay que estar muy atento en cada golpe. Intenté aprender de la experiencia de todos los jugadores españoles que han pasado por aquí y que lo han hecho tan bien como Seve, Chema o Sergio y espero ser el sucesor de todos esos grandes jugadores".
Para que el golf español tuviera su segundo número uno mundial -ya lo fue Severiano Ballesteros en su momento- Rahm debería ganar la Chaqueta Verde, que Dustin Johnson quede por debajo de la octava posición y que Justin Thomas no supere la tercera plaza en la clasificación.
Tres situaciones complicadas pero no imposibles en un torneo en donde tambien tanto Johnson como Thomas tendrán sus oportunidades, uno para mantener el número uno y el otro para intentar ser el mejor del mundo por primera vez en su carrera.