Después de lucir Chaqueta Verde en el Bernabéu y hacer el saque de honor, Sergio García no ha querido esperar para celebrar en su casa en el Club de Campo del Mediterráneo su sensacional victoria en Augusta. Flores, recuerdos enmarcados e incluso una tarta han servido para recibir con honores a Sergio en su campo.
En un salón abarrotado de prensa y socios, Sergio ha comenzado agradeciendo el apoyo recibido, y en seguida la primera pregunta que todos querían volver a escuchar. ¿Cuál ha sido el cambio para poder ganar un Grande? Sergio García, muy atento toda la jornada, ha sido muy sincero. “Estaba trabajando para ser más paciente y cuando hablé de Augusta en 2012 estaba en un momento concreto, frustrado por un resultado y dije lo que sentí. Después han pasado muchas cosas”.
Lo cierto es que Sergio García se muestra más pausado, más confiado y más tranquilo. “Estoy contento por la consistencia que he tenido. En 17 años he estado entre los 20 mejores del mundo. La gente no sabe lo difícil que es eso pero no me importa porque yo sí lo sé”. Esta victoria en el Masters, dice, “es un premio a la constancia, al trabajo, al no darse por vencido y a creer. Eso es lo que ha demostrado este triunfo”.
En esa nueva actitud, Sergio reconoce que este Masters “es un punto de inflexión. He estado frustrado porque no se me ha dado bien, pero ahora me ha abierto los ojos, me ha demostrado muchas cosas, y que puedo mejorar todavía con 37 años”. Y preguntado por el momento cumbre dijo que el par del 13 fue clave, aunque también reconoció que el putt del 15 para eagle le pone los pelos de punta.
En todo caso, Sergio asegura que “es el mismo Sergio de siempre. Tengo más confianza pero sigo siendo el mismo…cuánto me queda…no lo sé, depende de si las lesiones me respetan”. García ha reconocido que “me he quitado un poco de presión pero ganar un Major no da la felicidad. Ayuda pero no hace falta. Hay que seguir trabajando para mejorar”, dice.
En esa línea, Sergio siente que puede ganar más Grandes y su sueño sigue siendo el Open Británico, pero para eso sabe que tiene que seguir trabajando. “La Chaqueta no da victorias, hay que practicar”, y por eso pide comprensión por no poder atender a todos los que le piden audiencia. Aún así ha podido ser entrevistado en más de 40 ocasiones en Estados Unidos en los dos días posteriores a la victoria, y sigue atendiendo a todos. “Ahora ya hay que pensar en The Players”, dice, y confiesa que “será bonito cuando me presenten en el Tee del 1 como ganador del Players y de Augusta”.
En la rueda de prensa hubo tiempo para los aplausos, las bromas y las risas. Hablando del Clásico, Real Madrid-Barcelona, no le sentó bien la derrota del Madrid, pero lo justificó en una mala acción defensiva en el minuto 92.
Hablando del golf en España, Sergio reconoció que “si esto no ayuda no sé que más tenemos que hacer”, y sobre la no celebración del Open de España dijo que “se lo tendrás que preguntar a la Federación”, recordando que él apoyó el año pasado y este lo hace en el Valderrama Masters.
También se comentó el buen momento de los jugadores españoles. “No soy celoso. Quiero que haya muchas victorias españolas”, dijo, y alabó el buen hacer de Jon Rahm, de Rafa Cabrera Bello o de Gonzalo Fernández Castaño en el PGA, así como de Nacho Elvira o Pablo Larrazábal en Europa.
Encuentro muy emotivo aunque el propio Sergio reconoce que “no soy muy de llorar. Alguna lagrimita cayó al ganar pero no soy de llorar y no pasa nada”.