Llegaba Jon Rahm al hoyo 18 del campo norte de Torrey Pines con la necesidad de hacer un birdie en el 18 si quería ponerse con -12 y con opciones reales de victoria sin tener que jugar un Play-off para conseguir su primer triunfo en el PGA.
Su driver fue excepcional, dejando su bola en medio de la calle y abriéndose la puerta para intentar llegar de dos a green y tener una clara oportunidad de birdie y también otra -algo más remota- para eagle. Si conseguía hacer lo segundo, la victoria casi estaba en su bolsillo salvo sorpresa morrocotuda y si firmaba el birdie, el trabajo estaría hecho a la perfección y la victoria algo más cerca.
Rahm dudó en la calle entre coger un hierro 4 o la madera 5 y eligió la segunda opción. Su bola salió perfecta, cerrando y con la línea hacia bandera. La adrenalina, seguramente, hizo que su bola saliera más fuerte de lo normal y aunque cogió green ésta se quedó pegada al collarín, cuesta abajo y con unos veinte metros de distancia entre la bola y el hoyo.
Jon sabía que tenía que hacer un muy buen putt para hacer birdie pero lo hizo perfecto. Su bola casi murió cinco metros antes de coger la pendiente y muy lentamente se dirigió hacia el hoyo y la victoria. Después, con la bola en el hoyo, saltos y saltos de Rahm y una victoria y un putt para la historia.