De momento, las previsiones no son buenas aunque Phil Mickelson quiere defender el título logrado el año pasado. La realidad es que el zurdo de San Diego sigue lesionado, con una fuerte inflamación en la espalda y muy dolorido. De momento no va a jugar el Pro-Am del torneo y tampoco va a dar ruedas de prensa previas. Si finalmente juega lo sabremos el jueves.
Tras su lesión de espalda de la semana pasada Mickelson quiere protegerse y mucho para estar en las mejores condiciones en los torneos más importantes para él este año: los Campeonatos del Mundo de Golf, los cuatro Grand Slam y la Ryder Cup. Quizá por eso esté sopensando muy seriamente la posibilidad de jugar o no el Waste Management Phoenix Open que ganó el año pasado.
"Mi espalda estaba bloqueda", dijo en un comunicado de prensa. Justo después de salir de Torrey Pines el viernes pasado Mickelson voló a Dalton, en Georgia para visitar al doctor Tom Boers, especialista de espalda que mejoró la situación aunque Mickelson sigue con una importante inflamación y dolor. "Si hubiera sido cualquier otro torneo me olvidaría de jugar, eso lo tengo claro", dijo Mickelson, "pero quiero defender el título logrado el año pasado, es mi segunda ciudad natal y me encanta el torneo. Voy a practicar un poco y veré como estoy y como le pego a la bola".
"Estoy con ganas de jugar, explicó, pero tengo que mirar más allá y los grandes torneos que quiereo jugar al máximo, así que tengo que ser realista con la situación".
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