Sólo Severiano Ballesteros, capitán del equipo continental en la primera edición de la Ryder Cup, y ahora José María Olazábal pueden presumir de haber ganado como capitán y jugador el Seve Trophy y la Ryder Cup en este equipo europeo que por segunda vez ha triunfado en el trofeo ideado por el genio de Predreña.
Tras su victoria al frente del equipo europeo de la Ryder Cup en Medinah hace casi un año, José María Olazábal tenía que ser el capitán del equipo continental en esta edición del Seve Trophy. Bajo su mando el equipo continetal ha demostrado una calidad y un espíritu único, consiguiendo su segundo triunfo en esta competición.
Ahora sobre la mesa, Olazábal tiene la invitación de Paul McGinley para ser vicecapitán del equipo europeo en Gleneagles, en la próxima edición de la Ryder Cup. Veremos si esta victoria y su peso específco en el equipo le decide a aceptar la oferta o bien tras la victoria de Medinah prefiere quedarse con ese dulcísmo sabor de boca que consiguió con la victoria el pasado mes de spetiembre.
Lo que si está claro es que el guipuzcoano ha disfrutado al máximo, una vez más, de este triunfo y de esta capitanía. "Ellos estaban decididos a ganar", dijo Olazábal. "A veces, la determinación ayuda y creo que fue eso lo que hizo que se consiguiera la victoria. Estoy muy orgulloso. Mis chicos jugaron extraordinariamente bien a lo largo de la semana y el torneo se ha culminado con un último partido muy emocionante, y no hay nada mejor que eso".
Sobre la remontada de Gran Bretaña e Irlanda ayer, Olazábal comentó lo que les había dicho a sus jugadores antes de encarar la jornada de individuales. "Les dije que sólo había sido una mala sesión de tarde". "Hoy empezamos de cero y al final ha sido un gran día", dijo.
"Necesitábamos cinco puntos y medio, y sabíamos que teníamos que jugar muy duro. El comienzo fue muy importante. Gonzalo y Nico nos dieron un punto y medio que fue fundamental y luego el resto lo ha hecho muy bien".