Chema sabe que el reto es complicado pero no imposible. Tras casi dos años más centrado en la capitanía que otra cosa, el guipuzciano sigue teniendo mucho golf en sus manos y en torneos como este, en condiciones más o menos complicadas, sin tensiones por tener que hacer resultado y disfrutando del juego sin problemas de lesiones, Olazábal puede ser un rival peligroso.
Si además ha empezado bien -ayer hizo 68 golpes- y hoy ha vuelto a jugar a un gran nivel -ha firmado 69 impactos- no es descabellado verle en las primeras posiciones y con algo de fortuna y más buen juego, luchar por la victoria el domingo.
Hoy el guipuzcoano ha firmado una vuelta con seis birdies y tres bogeys para acabar con -7 a dos golpes de los colíderes de la clasificación, el norteamericano Peter Uihlein y el inglés Robert Rock, dos hombres que pueden sentir más presión de la normal si se ven luchando por la victoria el último día del torneo.
Por detrás de ellos un grupo de cuatro jugadores con menos siete y después Pablo Larrazábal (-6) y Rafa Cabrera Bello (-5) metidos en el Top-ten y, una vez más con opciones de lucar por la victoria el fin de semana.
En cuanto al resto de los españoles que han pasado el corte siguen Jorge Campillo, Alejandro Cañizares y Álvaro Quirós (-4); José Manuel Lara (-3) y Carlos del Moral y Eduardo de la Riva con -1.
Sobre las principales estrellas, los locales Rory McIlroy y Graeme McIlroy, el chasco ha sido espectacular ya que ninguno de los dos ha logrado pasar el corte en esta segunda jornada. El número dos del mundo ha vuelto ha hacer un mal torneo y terminaba con +2 mientras que Graeme McDowell acababa hoy con 74 golpes y se quedaba a un golpe de poder jugar el fin de semana.
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