El norirlandés y ex número uno del mundo ha vuelto con su primer entrenador, Michael Bannon después de separarse de Pete Cowen tras un periodo de trabajo conjunto que les unió durante los últimos ocho meses.
Bannon, que reside habitualmente en Irlanda del Norte, no pudo viajar a los EE. UU. debido a la pandemia de Covid-19 en el último año por lo que McIlroy comenzó a trabajar con Cowen el pasado mes de marzo. Un entrenador que ya había trabajado antes con jugadores como Brooks Koepka, Henrik Stenson, Graeme McDowell y el ex número uno del mundo Lee Westwood.
McIlroy reanudó su trabajo con Bannon en Florida poco después de ganar la CJ Cup el mes pasado haciéndose entonces con su vigésimo título en el PGA Tour. Los dos empezaron a trabajar juntos cuando McIlroy tenía ocho años y continuaron unidos cuando el norirlandés ganó sus cuatro torneos del Grand Slam, rompiéndose luego la relación durante la pandemia mundial que impidió que Bannon viajara con asiduidad a los EE. UU. donde vive habitualmente Rory McIlroy.
Entonces llegaron los cortes fallados en el The Players Championship y en Augusta, donde sus esperanzas de completar el Grand Slam se vieron frustradas nuevamente, y aunque luego ganó el Wells Fargo Championship en el verano, sus actuaciones en el resto de los torneos, sobre todo del Grand Slam fueron decepcionantes firmando una séptima plaza en el US Open como su mejor resultado.
Después en la Ryder Cup su actuación tampoco fue brillante aunque su victoria en la CJ Cup en Las Vegas, le ayudó a regresar al top 10 dmundial después de haber caído al décimoquinto puesto. Fue entonces, según McIlroy, cuando ya había deciudido volver con su antiguo entrenador y trabajar en exclusiva con él.