Durante más de una década la prensa especializada a ambos lados del Atlántico hemos hablado de la posibilidad, o mejor dicho, de la necesidad de crear un circuito mundial que terminase con las desigualdades económicas que han hecho que los mejores jugadores europeos hayan emigrado al PGA Tour.
Una idea que no ha terminado de cuajar en estos años pero que este viernes podría haber dado un importante paso para hacer realidad un calendario en el que se aúnen los intereses de ambos circuitos empujados por el destrozo que la pandemia ha causado en sus respectivas tesorerías.
La alianza, anunciada hoy mismo, permitirá al PGA Tour y al European Tour colaborar comercialmente y explotar los derechos de retransmisión de sus eventos después de que el circuito estadounidense haya adquirido una participación de European Tour Productions, la productora de medios que produce y distribuye el contenido del European Tour.
Aunque todavía no hay reacciones por parte de los golfistas, sin duda los jugadores europeos estarán encantados con la medida. No hay más que tener en cuenta que desde que el European Tour reanudó su calendario tras el confinamiento, la mayoría de sus eventos han estado premiados con montantes inferiores al millón de euros, mientras que sus colegas estadounidenses rebasaban los 7 millones por torneo.