Decía Jon Rahm a principios de semana que "para ganar el Masters tenía que jugar muy bien los cuatro días y que no podía fallar en ninguno de los cuatro recorridos del torneo". Lamentablemente, tenía razón y el de Barrika, que empezó de maravilla terminando con -9 el jueves y el viernes y liderando el torneo el sábado por la mañana cuando terminó su segunda vuelta suspendida por falta de luz el viernes por la tarde, no supo o no pudo continuar con su buen juego el sábado y el domingo.
Durante el fin de semana solo logró mejorar sus números con uno más bajo par, cifra insuficiente para plantarle cara a un Dustin Johnson que ha dejado claro porque es el número uno del mundo.
Pero la lectura sigue siendo buena para Rahm que en los últimos tres Masters que ha jugado ha terminado 4º, 9º y ahora séptimo, dejando claro que siempre que juegue este torneo va a tener opciones de luchar por una Chaqueta Verde que sigue estando en su lista de objetivos.
Hoy el de Barrika empezó mal con bogey al 1 pero enseguida enmendó la plana con birdie al 2 para terminar la primera parte de su último recorrido en Augusta con siete pares más al par del campo, números insuficientes para acercarse a un Dustin Johnson que seguia con su plan previsto para lograr su primer Masters de Augusta.
En los nueve segundos una auténtica montaña rusa para el vizcaíno que firmó bogeys al 10 y al 17, un doloroso doble bogey en el 12 donde hizo cinco en el mítico par tres de Augusta, tres birdies y un espectacular eagle en el 15 que hicvieron qye terminara con ese menos uno parcial y -10 al total para un Top-ten que seguro que le sabe a poco en el mejor torneo del mundo.