Phil Mickelson, el zurdo de San Diego, se pasó casi una hora entrenando con el hierro siete antes de salir a jugar los dos últimos hoyos que quedaban de esta edición del AT&T Pebble Beach National Pro-Am que se ha reiniciado a las 8 de la mañana de este lunes, cinco de la tarde hora española.
Mickelson, que tenía tres golpes de ventaja sobre el inglés Paul Casey, el otro jugador que ayer se quedó sin terminar su vuelta, sabía que lo tenía complicado para intentar remontar una diferencia que Mickelson, viejo ya en estas lides, no iba a estar dispuesto a perder.
En el 17 los dos dejaron sus bolas a menos de dos metros del hoyo y ambos terminaron con el putt mientras que en el 18 con casi todo decidido, ambos consiguieron terminar con birdie para cerrar un corto pero intenso día de golf en la final de esta cita en la que el inglés termina segundo en solitario y Mickelson logra además de su 44ª victoria en la PGA subir hasta la sexta plaza en la clasificación de la FedEx Cup y tener ya casi plaza segura para la President´s Cup que este año se jugará en tierras australianas.
Casi a borde de green, Mickelson, feliz por su quinta victoria en este torneo, hablaba sobre de su semana en California y de estos días en Pebble Beach. "Ha sido una semana muy especial para mi y mi familia. Ayer quería terminar pero hoy ha sido un gran final, creo que Casey tenía razón y los dos hemos salido muy beneficiados", dijo.
"He estado marcado con la moneda de mi abuelo, que fue caddie aquí hace muchos años. He vivido momentos muy intensos y ha sido un gran torneo".
Sobre el Us Open que se jugará en este mismo campo en el mes de junio, Mickelson aseguraba que el campo iba a estar muy dieferente. "Creo que el recorrido y las condiciones de juego serán muy diferentes entonces. esta semana ha sido muy especial también en lo climatológico y el campo lo ha notado. En junio será muy diferente".
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