Tras su "descanso" en la jornada de mñana en los Fourballs, Sergio García tenía muchas ganas de demostrarse a sí mismo, en primer lugar, después a sus compañeros de equipo, a Thomas Bjorn y a los más de 70.000 espectadores que hoy han llenado el Golf National de París, que estaba más que preparado para afrontar su undécima Ryder Cup con todas garantías.
Después de la decisión de Bjorn de no ponerle esta mañana y tras los pobres resultados de los europeos que cayeron por un contundente 3&1, Bjorn reaccionó y colocó a Noren y a García juntos para que sacaran un partido adelante que, a priori, iba a ser muy duro con dos hombres muy experimentados en el PGA Tour -aunque en el caso de DeChambeu sin experiencia en la Ryder-, grandes pegadores y con un juego corto realmente espectacular.
Sin embargo, ni Mickelson y DeChambeu pudieron hacer frente al vendaval europeo que, jaleado por los espectadores que han llenado el Golf National de París, no dejaron de empujar a una pareja que desde el principio encarriló el partido colocandose tras los nueve primeros hoyos con siete bajo par y esperando solamente a saber cuando se terminaría el partido.
En los nueve segundos, más de lo mismo y con sólo tres hoyo ganados por los norteamericanos, por uno de los europeos más el empate del 14, Europa, Sergio y Noren ganaban por 5&4, sumando el segundo punto de la tarde para los de Thomas Bjorn, empatando la contienda y dejando claro que el banquillo no es para ellos y que, seguramente, vuelvan a jugar en la mañana del sábado en Fourballs.