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Un gran Open de España con el futuro por delante

Yo estuve allí

Yo estuve allí

Por Guillermo Salmerón
lunes 16 de abril de 2018, 19:49h

Hace ya algunos años, en 1995, Severiano Ballesteros ganaba en el Club de Campo Villa de Madrid su último trofeo, el Open de España. En aquel domingo del mes de abril se habló de que 20.000 aficionados poblaron las calles del club madrileño para seguir el juego de un Seve que ya estaba en su declive de juego pero que seguía arrastrando a multitudes allá donde jugaba.

Con él terminaron por detrás en la clasificación Pepín Rivero y un jovencísimo Ignacio Garrido que dos años después, y bajo el mando en el equipo del propio Seve, jugaría a sus órdenes la mítica Ryder Cup de Valderrama.

Aquellos 20.000 aficionados que pasaron por el Club de Campo fueron entonces todo un récord y puedo decir con orgullo que yo fui uno de los privilegiados que vieron a Seve levantar la Copa de campeón ofreciendo su triunfo al golf español.

Se habló entonces de la fuerza de este deporte, de las raíces tan fuertes que el golf tenía en Madrid y de lo importante que era que un campeón como Seve siguiera empujando el carro del golf español a pesar de que su retirada estaba ya muy cerca.

Han tenido que pasar 23 años para que de nuevo alguien pudiera tirar del maltrecho golf español con la misma fuerza que Seve tenía entonces. Y digo maltrecho por la poca apuesta de patrocinadores, empresas, estamentos oficiales, Comunidades y Ayuntamientos que siguen sin hacerle mucho caso a pesar de que este deporte es uno de los que más dinero ingresa al estado por turismo y que más victorias da al palmarés internacional de nuestro país.

Lo de Rahm puede ser -bien aprovechado- un empujón brutal para nuestro golf. Sí en 1995 fueron 20.000 los aficionados que fueron hasta el Club de Campo, los casi 50.000 del Centro Nacional este fin de semana ha sido de órdago. Bien es cierto que la entrada era gratis y que el producto que se iba a poder disfrutar era de primer nivel mundial: Jon Rahm pero la cifra está ahí y no debe de desaprovecharse.

El vizcaíno ha puesto todo de su parte y ahora falta que el golf español haga su trabajo y que lo haga bien. El año que viene, en 2019, debe de haber un gran Open de España, con grandes figuras, con un proyecto muy consolidado, con patrocinadores, carpas de cortesía y un campo en perfecto estado, con tiempo para prepararlo al 100% y con la ilusión de convertir al tercer Open más antiguo de Europa en uno de los grandes torneos del calendario.

Personalmente creo que el torneo ha sido un éxito y espero poder decir dentro de otros 25 años que “yo estuve allí”. También espero que el año que viene pueda estar tan orgullos del Open de España como lo he estado este año.

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