El pasado fin de semana se ha celebrado en el circuito americano el Pro-Am más famoso y atractivo para el público de todo el año. El AT&T de Pebble Beach reúne todas las temporadas un buen plantél de profesionales que se juegan la enorme cantidad de dinero de todas las semanas, las exenciones que ganar ofrece y los puntos para la Fedex Cup y para el Ránking Mundial que tan necesarios son para el palmarés de los jugadores.
Además de todo esto juegan con famosos y pastosos americanos de cada rincón del país, que aseguran una repercusión mediática sólo comparable a la de los Grandes, los Campeonatos del Mundo y la Ryder Cup, algo que los golfistas saben apreciar y cuidan como se merece.
Así podemos ver prácticamente todos los años a Justin Timberlake, a Bill Murray o a Andy García, que además de pasárselo bien nos demuestran que juegan bastante a esto y se aseguran la participación para el año próximo.
Tengo que reconocer que me dan envidia los no profesionales que participan en este torneo, pues tanto jugar Pebble Beach como hacerlo con un golfista de verdad al lado sería un sueño que no vamos a ver cumplido salvo que inventemos la vacuna contra alguna enfermedad malísima, y la verdad es que no hay muchas posibilidades de que lo hagamos.
Por cierto, sólo vi una mujer entre los jugadores aficionados y famosos, Condoliza Rice, y tengo que decir que si la comparamos con una política como ella pero española que también juegue al golf ésta sería Esperanza Aguirre, que lo hace mucho mejor, casi tan bien como dimitir, aunque sin tanto retraso.
Mientras tanto, el circuito europeo se jugaba en Sudáfrica, y Charl Schwartzel les ha metido una mojada de oreja a todos de mucho cuidado. Acabar con ocho golpes menos que el segundo haciendo dieciséis bajo par es algo que no está al alcance de todos, y su décimo primera victoria en el circuito, la segunda de esta temporada y también en su país natal como la anterior, deja bien claro que Charl está en juego y dentro de ocho semanas acudirá a Augusta como Mickelson, segundo en Pebble Beach y dispuesto a sumar otra chaqueta verde a su armario.