La participación de Jon Rahm en la 153ª edición del Open Championship concluyó el domingo con una ronda de 70 golpes (-1), igualando su desempeño en la primera jornada. Con un total acumulado de -3, se situó empatado en el puesto 33, distanciándose considerablemente de los líderes y por debajo de las expectativas que había suscitado su presencia en Royal Portrush.
Llegando como uno de los favoritos, el golfista de Barrika no pudo encontrar el ritmo necesario para luchar por la Jarra de Clarete. Su última vuelta reflejó una semana llena de altibajos, donde momentos de brillantez se veían opacados por errores puntuales. Rahm comenzó con un birdie en el hoyo 5, pero rápidamente perdió terreno al cometer bogeys en los hoyos 7, 9 y 10. Sin embargo, en la segunda mitad del recorrido, mostró carácter y orgullo competitivo al recuperarse con birdies en los hoyos 12, 15 y 18.
— Golf en Movistar Plus+ (@MovistarGolf) July 20, 2025
A pesar de finalizar por debajo del par, el jugador vasco expresó su evidente decepción con su juego esta semana. Tras completar su ronda, admitió: “No sé, no es que sienta que esté jugando mal. Ni siquiera que esté lejos de hacer pocas. Me fastidia que la diferencia entre lo que yo siento y el resultado sea tan grande. Entre el 7 y el 10 no he sentido que lo hiciese tan mal y, pues no sé, he jugado fatal. He hecho tres bogeys y solo he salvado el del 11. Del 1 al 6 y luego del 12 en adelante he jugado bien”.
El rendimiento de Rahm en los cuatro grandes de la temporada fue objeto de su reflexión, ya que no ha logrado ninguna victoria. “Tres buenos, uno malo. Destacando un poco más el PGA, en el que jugué muy bien y tuve oportunidad de ganar. A ver si puedo conseguir estar en esa mezcla entre los jugadores que están para ganar más a menudo. Es duro terminar con mal sabor de boca. No haber jugado un poco mejor”, comentó.
El año 2025 del Open Championship se convierte en uno sin títulos en los majors para Rahm, lo cual es algo poco común en su carrera reciente. A pesar de haber demostrado momentos de calidad, sobre todo en el PGA y el US Open, su actuación en Portrush genera la impresión de que no alcanza el nivel de los mejores en las competiciones más importantes del golf mundial.
Con la Ryder Cup acercándose, el español necesita reencontrarse con su mejor versión para poder destacar nuevamente en los escenarios más desafiantes. En este momento, se despide de Irlanda del Norte con la seguridad de que su talento permanece intacto, aunque también siente la urgencia de recuperar la chispa que lo impulsó a alcanzar la cima.