elperiodigolf.madridiario.es

Resaca del Masters de Jon Rahm

Aquel niño atrapado en el cuerpo de un hombre: 'ya solo te quedan 17'

Aquel niño atrapado en el cuerpo de un hombre: "ya solo te quedan 17"

martes 11 de abril de 2023, 20:57h

Larrabea, 28 de julio de 2015. No hacia falta ser un lince para ver lo que se le venia encima al golf con el paso de Jon Rahm al profesionalismo. Todavía le quedaba aproximadamente un año de seguir coleccionando triunfos para Arizona State.

La expriencia siempre te hace ser cauteloso, no hubiera sido ni el primero ni el último amateur deslumbrante que derrapa cuando empieza a competir por dinero, que se lo digan a Patrick Rodgers o Maverick McNeally por poner solo un par de ejemplos. Aquella mañana grabamos un reportaje jugando tres hoyos con Rahm, una entrevista en profundidad y una comidad en el club con su familia y amigos.

Ya conocía a Jon de muchos torneos y victorias, pero fue la primera vez que profundicé en él y su entorno. Jon era entonces un niño atrapado en el cuerpo de un hombretón, no daba la sensación de que jugara al golf, jugaba con el golf (que es un matiz diferente) su talento en todas las áreas del juego era apabullante y solo una obsesión, ganar, ganar y ganar.

Después de jugar nos sentamos en un salón vacio bien iluminado y fluyó una conversación sin miedos ni ataduras, una charla sincera, con esa verdad que siempre desprende 'Ramhbo'. "Quiero ser el mejor de la historia y ganar 19 majors", contestó sin titubear a la inocente pregunta a cerca de sus objeivos. Tragé saliva y Jon me ganó para siempre.

La emisión de la entrevista tuvo mucho eco, la mayoría de aficionados descubrieron a Jon Rahm, muchos le crucificaron tildándole de prepotente:

-"Cómo un amateur de 20 años tiene la osadia de decir que va a destronar a Jack Nickalus"-, me escribió un conocido colega. "Simplemente porque lo piensa", le dije. El primer paso para llegar a conseguir algo es creértelo tu mismo.

Lo segundo que descrubrí aquel día, es que los cimientos familiares de los Rahm Rodríguez eran sólidos. Siempre he creído que el entorno es fundamntal para que una carrera despegue, y tanto Ángela como Edorta mantuvieron los pies de su hijo en la tierra y supieron darle 'un capón' a tiempo. No debió ser fácil la infancia y adolescencia del indómito campeón de Barrika, pero la brújula de sus progenitores siempre apuntaba al norte. "Se volverá gilipollas y no nos atenderá", le dije a Ángela en esa comida. Era una forma de exagerar un proceso que he visto en muchos jugadores cuando los éxitos empiezan a acumlarse, Ángela lo negó en rotundo. Rahm no ha cambiado ni con los años, ni con el dinero, ni con los majors, su primer capricho fue una Xbox.

Lo cierto es que cada triunfo que llega, le hace un poco más inaccesible, su tiempo es cada vez más valioso, lógico, pero creo que ahí, si hay capacidad de mejora. Nunca he entendido la poca o nula importancia que le dan los golfistas a la comunicación. No hay profesionales del periodismo o comunicación que les ayuden a gestionar este parcela, algo que sí se cuida en otras disciplinas deportivas y que manejan otras estrellas del deporte. En este Masters, la prensa española que hemos ido a cubrir el torneo, no pudimos hablar con Jon tras ganar la chaqueta verde, ni quiera trasladarle una simple pregunta. Frustrante, sobre todo cuando los medios hacen un esfuerzo por cubrir los torneos in situ. Quiero pensar que la responsabilidad no es de Jon y su equipo (siempre ha sido atento con nosotros), sino del Masters, bastante tuvo el español con atender hasta la madrugada los diferentes compromisos que le iban poniendo en su camino.

Volviendo a mi recorrido a través de los primeros años de Rahm, viví my cerca su primer torneo dele PGA Tour cuando aún era amateur en Mayakoba, en 2016 pude vivir su primer major, el Us Open de Oakmont, su último torneo como amateur. La noche antes a su debut nos recibió en su casa, entonces le arropaba Tim Miickelson, su coach en Arizona y primer manager. Otro recuerdo inolvidable fue su primera victoria en Race To Dubai, pude jugar los 18 hoyos de proam junto a Rahm y disfrutar de cerca su éxito.

El Masters sin duda, ha sido uno de los momentos más emotivos de esta carrera de solo siete años de continuadas celebraciones. La madurez personal que ha experimentado en el último lustro ha sido clave para el momento actual y su dominio en el golf mundial "no soy feliz porque juego bien al golf, juego bien al golf porque soy feliz", repita como un mantra la estrella española. Y en su ruta en esa felicidad, sigue coleccionando majors. Voy a seguir la costumbre de mandarle un whatsapp después de cada gran triunfo que recuerde nuestra conversación inicial de 2015, el de ayer terminaba así: "ya solo te quedan 17...."

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios