La Comunidad de Madrid ha sido reconocida en la XVIII edición de los Premios Madrid, organizados por Madridiario, como la mejor Iniciativa Turística y de Golf. Y es que el golf se ha convertido en estos meses de pandemia –prácticamente desde el principio, hace ya más de un año– en la casi única vía de escape de los madrileños para poder hacer deporte al aire libre y con total seguridad frente a la Covid-19.
En marzo de 2019, cuando todo se cerró a cal y canto, los hombres y mujeres del golf español, empezando por la Real Federación Española de Golf, con su presidente al frente, Gonzaga Escauriaza, las federaciones territoriales, con un peso específico muy importante de la de Madrid, con Ignacio Guerras al frente, el Consejo Superior de Deportes, y diversas asociaciones como la Española de Campos de Golf o la de Gerentes, se pusieron manos a la obra para intentar evitar que se produjera lo que parecía casi inevitable: que los campos de golf, seres vivos y necesitados de cuidados constantes, no cerraran sus puertas mientras que duraba el primer confinamiento y no se echaran a perder para siempre.
“Fueron momentos muy complicados”, asegura Ignacio Guerras, presidente de la Federación de Golf de Madrid y el encargado de acudir a recoger el galardón el próximo 14 de junio. “Nadie sabía que iba a pasar y cómo podríamos gestionar este deporte. Estaba claro que en unos meses los campos estarían vacíos, pero también sabíamos que no se podían dejar de cuidar ni un solo día. Afortunadamente, todo el mundo del golf se puso a trabajar en la misma dirección y las cosas salieron muy bien y además se llevó a cabo un protocolo que hizo que se pudiera jugar al golf con total seguridad desde el primer día que se abrieron los campos a los jugadores”.
Aquellas negociaciones con organismos oficiales que duraron varias semanas fueron determinantes para que los campos de golf españoles y madrileños abrieran sus puertas durante aquellos terribles tres meses de confinamiento para que sus trabajadores pudieran seguir manteniendo en condiciones los campos de golf, y que una vez superados aquellos 90 días el golf pudiera ser esa válvula de escape perfecta y necesaria para todos los que habíamos pasado esa cuarentena obligatoria, pudiéramos respirar aire puro cumpliendo todas las normas de seguridad frente a la Covid-19 y pudiéramos seguir disfrutando del golf.
Los campos se abrieron con unas normas muy estrictas y la Comunidad de Madrid vivió el milagro del golf con sus campos llenos, sin huecos libres, con los más de 80.000 federados jugando en los casi 30 campos de golf de la Comunidad de Madrid, disfrutando de sus instalaciones y haciendo explotar un deporte que en los últimos meses ha crecido casi un 20 por ciento en relación al año anterior. “Lo mejor es que el mayor índice de subida no se ha dado entre los jugadores seniors sino que se ha producido entre la gente de 21 a 50 años y eso es excelente para el golf en la Comunidad de Madrid que ahora supera ya los 85.000 federados”, asegura Guerras.
Y es que los que habían dejado el golf hace muchos años volvieron a intentarlo, aparecieron nuevos aficionados –jóvenes y no tan jóvenes– que han visto la idoneidad de practicar el golf en estas condiciones de la Covid-19, al aire libre, con distancia de seguridad y sin contacto en las casas club. De hecho, en este algo más de un año de pandemia el golf amateur en la Comunidad de Madrid no ha presentado ningún positivo.
El golf ha vivido en estos meses en la Comunidad de Madrid una explosión de practicantes casi incontenible y ahora el reto está en saber mantenerlos, en conseguir que la mayoría de ellos, los que volvieron a practicarlo tras años de olvido, o los que lo conocieron por primera vez, se queden para siempre.
Los clubes que tanto esfuerzo hicieron por mantener sus campos en perfecto estado y que tan mal lo han pasado con esos tres meses de cierre obligado, se recuperan económicamente poco a poco. Las salidas, agotadas cada día, han dejado paso de nuevo a una normalidad que, lentamente, se va recuperando en esos tee times. Se van celebrando los torneos y competiciones habituales y los recorridos madrileños empiezan a recibir también a cientos de jugadores de toda España que siempre han venido a Madrid a jugar unos campos espectaculares.
Madrid y el golf madrileño luchan por ser también reconocidos como un destino turístico de golf, como lo son La Costa del Sol, o la Costas Blanca. Sus campos están a la altura de los mejores de nuestro país y la oferta complementaria de ocio y la hotelera están a la altura de los mejores destinos. Y la gestión de la pandemia ha hecho que esa oferta crezca en calidad y respeto y que así lo vean los aficionados de toda España y ese turismo internacional que va conociendo Madrid como un lugar donde también se puede disfrutar del golf. “Madrid no busca los turistas de sol y playa, sino visitantes de negocios, ferias y de fin de semana, que encuentran en esta ciudad todo lo que desean y el golf es una parte más de esa oferta”, comenta el presidente de la Federación de Golf de Madrid.
Mientras, las clases de golf siguen llenas y con listas de espera en la mayoría de los clubes, públicos, privados y de Pay&Play. Los profesores siguen sin dar abasto y los alumnos siguen emocionados con sus clases y su nuevo deporte.
Una práctica deportiva que sigue creciendo, que lo ha dado todo por su Comunidad, por su gente y por sus aficionados, los más fieles, los que han vuelto y los que acaban de llegar. Todos y cada uno de ellos forman esta familia del golf español y madrileño que ha demostrado que nunca falla y que en los momentos más complicados va a estar ahí para echar una mano en lo que haga falta.