Si algo se le puede reconocer a Björn Hellgren es su resolución para intentar ganar el torneo que le incluiría entre los campeones del Challenge Tour. Después de dos jornadas liderando el torneo sin cometer errores, la tercera ronda, la del movimiento, le dejaba en un segundo plano.
El causante de ese paso atrás en la clasificación era el francés Felix Mory. Mientras el sueco tenía que conformarse con restarle un solo golpe al campo, el golfista galo sacaba toda la artillería para descontarse seis golpes y ganarle la posición y poner dos golpes de ventaja sobre el nórdico.
Con ese panorama, la ronda dominical se presentaba muy favorable a Mory quien no fue capaz de mantener el ritmo que impuso el sábado y acabó con una tarjeta de 74 golpes en la que solo pudo anotar dos birdies mientras que le afloraban dos bogeys en cada vuelta.
Entre tanto, Hellgren seguía firme en su intento y después de tres bogeys y dos birdies, en el 18 restaba el golpe que necesitaba para forzar un desempate al que intentó sumarse el portugués Ricardo Gouveia que con -5 a punto estuvo de cambiar el relato.
Con los dos aspirantes a inaugurar palmarés sumidos ya en su particular mano a mano, ninguno de los dos fue capaz de resolver el duelo en el primer hoyo extra. De vuelta al 18, el francés acertaba a firmar el birdie que le convertía en campeón del Dormy Open.
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