Cada vez gana más enteros la posibilidad de que la Ryder Cup se vaya a jugar en Estados Unidos este próximo mes de septiembre, pero sin público. Algo que no gusta a casi ninguno de los 24 potenciales jugadores y capitanes de los dos equipos, el norteamericano y el europeo, que ven como van pasando las semanas y no se adivina ningún cambio a la hora de que el torneo entre ambos equipos se posponga a 2021.
El primer en hablar fue Rory McIlroy que dejó clara su postura de que una Ryder Cup sin público no sería igual y que si es así como hay que jugarla este año no estará entre sus torneos favoritos. Como el número 1 del mundo han opinado también algunas de las estrellas más importantes del golf mundial y casi favoritos a estar en los dos equipos en septiembre. Jon Rahm, número dos del mundo -que ganó su primera Ryder en parís en 2018- es de la misma opinión que McIlroy y ahora ha sido el estadounidense Brooks Koepka el que ha asegurado que "una Ryder sin público no debería jugarse".
"Personalmente no quiero jugar si no hay aficionados", dijo Koepka. "No veo ningún atractivo en jugar la Ryder si no tenemos el apyo de nuestros fans", aseguró el número 3 del mundo
Sin embargo, la maquinaria de la Ryder Cup parece que no se para y todas las voces organizativas del torneo, tanto en Europa como en Estados Unidos, siguen apostando por su celebración en 2020 y cada vez con más pinta de que si es así sería sin público ante la actual situación del COVID-19.
Los dos capitanes van nombrando, poco a poco, a sus vicecapitanes y ayudantes. Stricker ya tiene a tres: Jim Furyk, y los recientemenete nombrados Davis Love III y Zach Johnson -todos ellos con sobrada experiencia en el equipo- mientras que a Harrington se le escapó el otro día el nombre del ex número uno del mundo, el inglés Luke Donald como uno de sus vicecapitanes.
El propio Harrignton ha comentado ya en varias ocasiones que incluso cabría la posibilidad, ante los pocos torneos que se podrán jugar antes de la Ryder, que el equipo se formara completamente por elecciones de los capitanes y ante la idea de jugar sin publico aseguró que este año hay que pensar, precisamente, en esos aficionados que no van a poder disfrutar del golf tanto como les hubiera gustado y que la Ryder tiene que ser un estímulo para todos ellos. "No hay que pensar que es mejor para la Ryder sino que igual hay que encontrar la respuesta a la pregunta de si es bueno para el deporte que este año se juegue la Ryder Cup sin público".