Con 4,50 metros de longitud y una tracción permanente a las cuatro ruedas con tres diferenciales y reductora, este todocamino equipa un único motor alimentado con gasolina en configuración 8 cilindros en V y 4,0 litros de cilindrada y sobrealimentación biturbo, lo que le permite alcanzar los 421 caballos de potencia. Con precio a partir de 272.975 euros, las primeras unidades llegarán al mercado en enero de 2016, aunque desde el próximo día 3 de agosto Mercedes ya admitirá pedidos.
Desarrollado y producido en la localidad austriaca de Graz, en su aspecto externo, el G 500 4x4² no deja lugar a dudas en cuanto a su vocación. Las voluminosas ruedas, la enorme distancia hasta el suelo, la altura total de casi 2,25 metros con una anchura de casi 2,10 metros y su diseño diáfano de líneas rectas infunden respeto a primera vista. Otros aspectos destacados son la moldura por encima del parabrisas con franja de luces LED integrada y los llamativos ensanchamientos de los guardabarros parcialmente pintados, ambos en noble fibra de carbono, así como el paragolpes delantero de los modelos G 63 AMG y G 65 AMG.
El lujo deportivo está presente también en el interior. El G 500 4x4² ofrece un ambiente distinguido con el paquete exclusivo designo. En este caso, los laterales de los asientos, los reposacabezas, el tablero de instrumentos, la consola central y los apoyabrazos en las puertas se presentan en cuero designo negro con costuras de contraste blancas. La superficie de los asientos y los paneles de las puertas se tapizan con microfibra “Dinamica” y presentan un atractivo pespunteado de rombos. A ello se suman revestimientos de microfibra “Dinamica” en el techo interior y en los montantes de la carrocería.
A la vista de los parámetros básicos del tren de rodaje y la cadena cinemática, no cabe duda de que, para el G 500 4x4², la conducción offroad empieza allí donde otros vehículos tirarían la toalla. Lo que resulta sorprendente, en cambio, es que el nuevo “G” muestre unas prestaciones absolutamente convincentes sobre el asfalto. El mayor ancho de vía de los ejes pórtico en comparación con el vehículo de serie (+ 299 mm), las grandes llantas de 22 pulgadas con neumáticos de formato 325/55 R 22 y el sistema de amortiguación variable con modo deportivo otorgan a la Clase G de alta gama un dinamismo excepcional al circular en curvas a pesar de su centro de gravedad más elevado. Los ocupantes tienen la sensación de viajar en un deportivo, más que en un todoterreno. Esto rige también para los trayectos por pistas sin asfaltar o con nieve.
Si se va a utilizar el G 500 4x4² por caminos sin asfaltar es recomendable montar los neumáticos todoterreno MT opcionales de dimensiones 37 x 12,5 x 18". La tracción integral permanente, una marcha reductora para todoterreno en la caja de transferencia, ejes pórtico y tres bloqueos de diferencial acoplables durante la marcha son equipos que no se encuentran en los todoterreno convencionales, y que dan como resultado un dinamismo implacable en cualquier situación de conducción. El prototipo asciende con facilidad incluso las dunas más altas, avanza por terrenos rocosos con la ligereza de un rebeco y vadea cauces de agua sin inmutarse.
Los ejes pórtico desarrollados para las aplicaciones más diversas completan la cartera de productos todoterreno de Mercedes y constituyen el elemento técnico más destacado del prototipo G 500 4x4². A diferencia de los ejes rígidos convencionales, las ruedas no se sitúan a la altura del centro del eje, sino más abajo, ya que están unidas a él por engranajes pórtico en los extremos de los ejes. Con ello, la altura libre sobre el suelo del modelo aumenta a 450 milímetros y la profundidad de vadeo, o casi de inmersión, a unos 1.000 milímetros.
El diseño de ejes pórtico presenta otras ventajas decisivas, que permiten prescindir de complejas adaptaciones. No varía la posición con respecto al chasis en comparación con los ejes rígidos, por lo que se mantienen idénticos los puntos de articulación de la suspensión, la integración del engranaje de la dirección y la posición de los árboles de transmisión. La desmultiplicación de los engranajes pórtico compensa además el enorme perímetro de rodadura de los neumáticos, tanto de la versión todoterreno como de la de carretera. Tampoco varían las desmultiplicaciones, el accionamiento del velocímetro y los sensores del ABS. La desmultiplicación en los engranajes de las ruedas tiene un efecto adicional. El momento máximo de impulsión se aplica solamente en la rueda, de manera que disminuyen las cargas mecánicas en toda la cadena cinemática, especialmente en los árboles de transmisión.
El tren de rodaje se basa en los componentes incorporados en la versión de serie de la Clase G y ofrece una simbiosis perfecta de dinamismo deportivo y confort relajado, tanto en carretera como campo a través. Cada rueda cuenta con dos conjuntos muelle-amortiguador guiados en paralelo. Un conjunto muelle-amortiguador trabaja de forma convencional con líneas características de amortiguación fijas. El segundo conjunto dispone de una sistema electrónico de regulación de la amortiguación que varía el comportamiento del amortiguador en función de la situación de marcha. De esta forma se consigue un notable escalonamiento entre los reglajes “Sport” y “Confort”, que el conductor puede seleccionar pulsando un botón en la consola central.
El reglaje deportivo resulta especialmente apropiado para la conducción dinámica en curvas, ya que el tarado más rígido del tren de rodaje permite velocidades más altas en curvas. Si el conductor prefiere una conducción relajada, el reglaje “Confort” se encarga de allanar las irregularidades del firme. En situaciones extremas, como las maniobras de esquive inesperadas, el sistema conmuta automáticamente al tarado duro para optimizar la seguridad de marcha. El reglaje confortable resulta apropiado también en los trayectos campo a través, pues ayuda a que las ruedas tengan mejor contacto con el piso. De ese modo es posible aprovechar eficazmente la tracción de cualquiera de las ruedas, incluso en terrenos muy irregulares.
Por otro lado, para el G 500 4x4² están disponibles neumáticos optimizados para trayectos difíciles fuera del asfalto. Se trata de los neumáticos Mud Terrain (M/T) de dimensiones 37 x 12,5 x 18" con llantas especiales beadlock. Normalmente, las combinaciones clásicas de llanta y neumático no permiten disminuir la presión de inflado para mejorar la tracción. Al conducir sobre arena, por ejemplo, es ideal una presión de 0,5 bares. El límite absoluto de la presión de inflado es 1,0 bar. Por debajo de este valor, el neumático podría desprenderse al realizar giros con el volante, y la penetración de arena podría dañar la superficie de hermetizado entre el neumático y la llanta y producir el efecto de un pinchazo. Esto no sucede en el 4x4², ya que calza llantas beadlock especiales de dos piezas y 18 pulgadas. En este tipo de construcción, el neumático se monta entre las dos secciones de la llanta y se sujeta firmemente con un aro interior beadlock, de tal manera que, aun en caso de pérdida total de aire, el neumático no se desprende de la llanta ni puede penetrar arena.
El G 500 4x4² sigue las huellas del G 63 AMG 6x6. El motor V8 biturbo de 4,0 litros del G 500 4x42 se distingue por su sobresaliente desarrollo de potencia, medidas precisas de construcción ligera y alta eficiencia. El motor de ocho cilindros de nuevo desarrollo trabaja con sobrealimentación biturbo. Los turbocompresores no se montan en el exterior de las bancadas de cilindros, sino en el espacio en V en el interior de las mismas. Las ventajas de esta disposición son el diseño dynamico del motor, una respuesta óptima y bajas emisiones contaminantes. La tercera generación de la inyección directa guiada se ha perfeccionado con vistas a cumplir las disposiciones legales futuras. En caso de llegar a producirse en serie, el motor V8 biturbo de 4,0 litros, altamente eficiente y austero, cumpliría la normativa de gases de escape Euro 6, así como los valores máximos de emisiones de partículas que entrarán en vigor a partir de 2016.
Dos tubos de escape dobles laterales, situados a ambos lados por delante de las ruedas traseras, modulan el sonido característico del motor del G 500 4x4², capaz de reproducir el repertorio completo de los potentes deportivos: desde el suave gorgoteo al ralentí y el sonoro ronroneo a media carga hasta el imponente rugido al acelerar a todo gas. Un acertado efecto secundario de los tubos de escape laterales es la mejora de la aptitud todoterreno, pues se eliminan los clásicos silenciadores finales en la parte trasera que pueden restringir el ángulo de salida.