El pasado día 24, justo cuando se cumplía los 105 años de historia en la marca italiana y en el renovado Museo de Alfa Romeo en Arese (Milán), se presento el Giulia en su versión tope de gama caracterizada por el legendario Quadrifoglio. El Giulia encarna a la perfección el cambio de paradigma de la marca, pero sigue permaneciendo fiel a su tradición centenaria: no es casualidad, que solo quien tiene un gran pasado puede afrontar los retos del futuro. El respeto de la historia de la marca se demuestra también en el inédito logo, diseñado por Robilant Associati, que el nuevo modelo mostrará al mundo por primera vez: el emblema se ha renovado y modernizado en el exterior, pero no se ha alternado la forma y los rasgos distintivos que lo han convertido en un símbolo admirado en todo el mundo.
Un Alfa Romeo es el resultado del perfecto equilibrio entre legado, velocidad y belleza que lo convierte en la más alta expresión del estilo italiano en el mundo del automóvil. El nuevo Giulia no es una excepción, al encerrar en sí mismo las tres características peculiares del diseño italiano: el sentido de la proporción, la sencillez y la atención por la calidad de las superficies. Esta es la “piel” que los estilistas de la marca han modelado con esmero artesanal sobre los componentes mecánicos.
En particular, las proporciones se basan en la arquitectura técnica de todo el vehículo: para Alfa Romeo los puntos de referencia son el equilibrio del peso (50/50) y la tracción trasera. Para equilibrar perfectamente las masas, el motor y la mecánica tienen que colocarse entre los dos ejes. Esta es la razón por la que el Giulia tiene voladizos muy cortos, un capó y guardabarros delanteros largos, un habitáculo echado hacia atrás, “apoyado” en las ruedas motrices, y guardabarros traseros musculosos que marcan visualmente el punto donde la potencia se descarga al suelo. Todo esto se traduce en una distancia entre ejes extremadamente generosa, la más larga de la categoría, contenida en una carrocería de las más dynamicas. A partir de estas proporciones nace una forma dinámica como demuestra la elipse que podemos ver en la vista de planta. Además, las esquinas redondeadas y los montantes envolventes transmiten impulso al vehículo, creando un perfil con forma de gota que recuerda uno de los automóviles más bellos de todos los tiempos: el Giulietta Sprint.
El segundo aspecto del estilo italiano es la “sencillez”, que esconde uno de los procesos creativos más complejos de la industria: diseñar un automóvil. De hecho, le corresponde al estilo ocultar el largo y complejo trabajo que hay detrás de una línea sencilla y natural que resalta la elegancia de las formas y el sofisticado gusto del Made in Italy. El mismo enfoque que impregna toda la historia del diseño Alfa Romeo, que siempre se ha expresado por medio de líneas limpias y elegantes. Por esta razón, el nuevo Alfa Romeo se enorgullece de una fuerte identidad, diseñada con unos pocos trazos sencillos: la línea excavada en los laterales, que marca las puertas y abraza las manillas, y por supuesto el legendario trilobulado frontal, quizás el elemento de estilo más famoso y reconocible en la historia del automóvil.
Y por último, el estilo italiano se caracteriza por la calidad de las superficies, que significa crear reflejos ricos y armoniosos a través de los volúmenes. El resultado final en el nuevo Giulia es una forma escultural que recuerda un gran felino a punto de saltar. La misma inspiración se encuentra en el interior del vehículo. Todo es sencillo y esencial, todo se centra en el conductor, como por ejemplo agrupar todos los mandos en el volante, que se ha diseñado pequeño y directo para adaptarse a todos los estilos de conducción. Y eso no es todo. La posición del conductor se ha “cortado” como una tela, con el túnel diagonal, el salpicadero ligeramente ondulado y los instrumentos orientados hacias el conductor; y se ha “cosido” como un traje, con cuidado artesanal y materiales de primera calidad: fibra de carbono, madera y tejidos se han elegido por su placer visual y táctil, y se han montado de forma especial para sentir la mano del hombre.
Otro elemento que distingue a un auténtico Alfa son los motores. Por esta razón, para la versión Quadrifoglio, se ha decidido realizar un motor único por tecnología y prestaciones, que se convierte en el nuevo punto de referencia de la marca. Se trata de un turbo gasolina de 6 cilindros, elaborado por técnicos procedentes de Ferrari, que suministra 510 CV y brinda prestaciones emocionantes: por ejemplo, la aceleración de 0 a 100 km/h se produce en apenas 3,9 segundos. Obviamente, como todos los motores de la próxima generación, tanto gasolina como Diésel, este 6 cilindros está totalmente hecho de aluminio para reducir el peso absoluto del vehículo, sobre todo en el eje delantero, y obtener un sonido genuinamente Alfa Romeo.
Una peculiaridad del nuevo Giulia es la gestión particular de las masas y los materiales que ha permitido alcanzar una distribución perfecta del peso, 50/50 entre los dos ejes. Esto es fundamental para asegurar el placer de conducción Alfa , que es el resultado de trabajar tanto en la disposición del vehículo como en colocar todos los elementos más pesados en la posición más centrada posible. Además de la distribución del peso, para una alineación siempre excelente, son primordiales las suspensiones. En particular, en el eje trasero se ha elegido una solución multilink que asegura prestaciones, placer de conducción y confort al mismo tiempo. En cambio, para el eje delantero, se ha desarrollado una nueva suspensión de doble brazo oscilante con eje de dirección semivirtual, que mejora el efecto de filtrado y permite girar de forma rápida y precisa. Es una exclusiva de Alfa, que mantiene constante el apoyo del brazo en tierra durante las curvas y, gracias a la huella en el suelo siempre perfecta, es capaz de garantizar altas aceleraciones laterales. En cualquier situación y a cualquier velocidad, la conducción del Alfa Romeo Giulia siempre es natural e instintiva, gracias también a la relación de dirección más directa del mercado.
Por otro lado y según la cultura técnica de Alfa, el chasis y las suspensiones tienen que tener un diseño, una ejecución y una elección de materiales perfectos. Debido a ello, se decidió que la electrónica tenía que utilizarse únicamente para hacer la experiencia de conducción aún más emocionante, ya garantizada por la excelencia técnica de base. Lo demuestran las exclusivas soluciones técnicas presentes en el nuevo vehículo, como la tecnología Torque Vectoring que, gracias a su doble embrague, permite al diferencial trasero controlar por separado el par de cada rueda. De este modo, la transmisión de la potencia al suelo mejora también en situaciones de baja adherencia. Esto permite conducir el automóvil de forma segura y siempre muy divertida, sin recurrir nunca a intervenciones invasivas por parte del control de estabilidad. En el nuevo vehículo también debuta el sistema de frenado integrado, el innovador sistema electromecánico que combina el control de estabilidad con el servofreno tradicional, asegurando una respuesta instantánea del freno y, por tanto, una distancia de frenado récord, además de permitir una importante mejora del peso.