Ya ha pasado el Open de España y podemos afirmar que con éxito aunque el ganador sea un jugador británico. James Morrison, nada que ver con Jim, el cantante de The Doors, es el primer vencedor inglés desde 2003, año en que triunfó Kenneth Ferrie en Costa Adeje, Tenerife.
Lo cierto es que nadie pone en
duda la validez del resultado y Morrison ha merecido ser el ganador, pero creo
que salvo él y su familia, todos hubiéramos querido que se lo llevara por
segundo año consecutivo Miguel Ángel Jiménez, que además hizo méritos por juego
y por conexión con el público, algo no del todo habitual en un deporte
individual y que exige máxima concentración como el golf.
Jiménez hizo una última vuelta
fantástica para quedar segundo empatado, no dejó ni un momento de conectar con
quienes le seguían y se llevó una ovación en el dieciocho digna del personaje
que es y de lo que el golf español le debe.
En la tercera jornada el que
destacó fue Sergio García que pasó de superar el corte por poco a quedar en los
primeros lugares del sábado, algo que no pudo corroborar el domingo con un día
aciago que le mandó al puesto vigésimo segundo.
Mucho mejor les fue a su
compañero de partido, Jorge Campillo y a José Manuel Lara, ya era hora de que
el golf le demostrara un poco de cariño al valenciano, que acabaron el torneo
en séptima posición. En el caso de Lara,
un sesenta y seis tuvo la culpa y le confirma que su sitio es éste, el Tour
Europeo, algo que seguro que José Manuel sabía antes de empezar este Open pero
que así subrayado queda mejor.
También está de enhorabuena
Eduardo de la Riva, que con su noveno puesto se asegura un puesto en la lista
de salida del siguiente torneo regular, y que empezó con un sesenta y seis que,
sabiendo que es jugador local en El Prat, nos hizo creer que iba a tener una
semana mejor. Supo sobreponerse a viernes y sábado malos, y el sesenta y ocho
del domingo le colocó en "top ten".
Lo dicho, enhorabuena a todos
ellos y también, aunque sea al otro lado del charco, a Rory McIlroy, que sigue
avasallando y que el sábado logró un sesenta y uno que fue récord del campo y
que por momentos parecía que iba a ser sesenta. Increíble cómo juega el chaval
cuando le salen las cosas, y lo poco que le cuesta.