No ha conseguido su cuarta Chaqueta Verde en esta edición pero Phil Mickelson ha sido uno de los jugadores que más espectáculo ha dado, por lo menos en los últimos 18 hoyos del torneo.
Tras Spieth partían hombres como Justin Rose, McIlroroy, Tiger Woods, Dustin Johnson o Matsuyama, que finalmente entregó la mejor tarjeta del día con 66 golpes, pero de todos ellos fue el zurdo de San Diego el que más ovaciones y vítores levantó de un público entregado a su causa.
Y es "Lefty", que empezó el torneo con 70 golpes y a seis de Spieth ha ido mejorando según iban pasando los días aunque quizá a un ritmo no lo suficientemente alto para dar caza a la gran figura de este primer Major de la temporada.
El viernes y el sábado Mickelson mejoró sus prestaciones con tarjetas de 68 y 67 golpes que le hacían subir muchos puestos en la clasificación y que le obligaban el último día a forzar la máquina si quería luchar por una victoria fundamental para él.
Sobre todo, después de una temporada que no ha estado siendo demasiado buena y que quería mejorar en esta cita capital del calendario. Quizá por eso salió como lo hizo en la última jornada: a por todas. En los nueve primeros Mickelson acabó con dos bogeys y dos birdies que poco aportaban a su remontada pero en los nueve segundos empezó a apretar el acelerador para ver si el milagro era posible.
En esa segunda parte de su cuarta jornada Mickelson firmaba birdies al 10 y al 13 que le daban un pequeño empujón que volvía para atrás con el bogey al 14 pero que retomaba aire nuevo con un espectacular eagle en el 15 embocando su bola desde el bunker que volvió loco a los miles de espectadores que vieron uno de los golpes del día. Después poco más y pocos hoyos para remontar en un Masters donde Mickelson quemá una nueva oportunidad de ampliar la colección de Chaquetas de su armario.