Ya estamos con las comparaciones, pero es que el fútbol es el deporte rey, y el golf en esta ocasión produce una pasión muchas veces comparable a la de un clásico, un Madrid-Barcelona, donde los mejores jugadores del mundo se dan cita en una cancha, en un terreno de juego, en un escenario mundial para dar el mayor espectáculo del mundo.
Habrá opiniones para todos los gustos, e incluso quienes cuestionen que estos eventos sean tan espectaculares, pero lo cierto es que mueven pasiones.Y esta edición del Masters de Augusta tiene de todo, como un gran partido de fútbol. Tiene emoción, tiene ganas de ver grandes golpes, y tiene morbo, muchas preguntas en el cajón que habrá que abrir nada más comience a rodar la pelota.
Cómo llegue Tiger Woods es una de las primeras cuestiones que interesan. Luego está el hecho de ver si Rory McIlroy domina tanto como parece, y después está el comprobar si se discute el poderío establecido, con nuevos nombres, Jordan Spieth o Patrick Reed por ejemplo, que empujan desde atrás. Sería algo así como si Messi o Ronaldo están dispuestos a seguir su particular batalla, o si algunos como Neymar o Bale asumen su liderazgo.
Este Masters de Augusta genera mucho interés. Es un partido del siglo, y sólo falta ver cómo sale el espectáculo. Si defrauda o no. Si vemos un gran partido o nos conformamos con uno de esos partidos del siglo que acaban en empate o en una victoria muy justita. Para no perder ese entusiasmo se recomienda fijarse en el juego, no en el resultado, y esperemos que los protagonistas lo den todo para agradar a unos aficionados que esperan, al menos, mucho colorido.
Si (
No(
