A priori todo son pizarras. Las previsiones serán múltiples en las próximas semanas una vez conocidos los equipos. La primera impresión es que Europa tiene más a favor que en contra. Jugando en casa y con jugadores que han brillado este año parten con una teórica ventaja.
Del top 5 mundial, cuatro son europeos, empezando por Rory McIlroy, número uno y ganador del Open y del PGA, y siguiendo por Henrik Stenson (3), Sergio García (4) y Justin Rose (5). Por su parte, Estados Unidos cuenta con los cuatro jugadores en el top ten. Jim Furyk (7), Matt Kuchar (8), Bubba Watson, ganador del Masters (9) y Phil Mickelson (10).
En cuanto a la experiencia, ambos equipos cuentan con tres novatos, un calculado equilibrio. Por Europa llegan Victor Dubuisson, Jamie Donaldson y Stephen Gallacher, mientras que por Estados Unidos participan Jimmy Walker, Jordan Spieth y Patrik Reed, todos ellos con gran actuación este año. Respecto a los veteranos, Phil Mickelson es el decano, con 9 participaciones, todas desde 1995, seguido por Jim Furyk, con 8, y Zach Johnson con 3. En Europa, Sergio García ha dejado de ser un niño en la Ryder, con 6 participaciones, y la llamada de Paul McGinley a Lee Westwood, con 8, y Ian Poulter, con 4, han mejorado esta faceta.
Precisamente las elecciones de los capitanes han querido buscar ese equilibrio. McGinley no ha atendido a la clasificación de manera rigurosa y ha convocado a Lee Westwood, número 38 del mundo y en un año irregular, pero la veteranía es un grado. Además ha llamado al escocés Stephen Gallacher, que se quedó a un golpe de clasificarse y llega a casa con muchas ganas. Y se añade una seña de identidad del equipo europeo, Ian Poulter, que no podía faltar con su carácter.
Tow Watson, por su parte, ha obviado a Chris Kirk, Ryan Moore o Brendon Todd, y ha apostado por la experiencia, con Hunter Mahan (2 Ryders), y Webb Simpson y Keegan Bradley, con una Ryder. Además Bradley pone el componente más pasional. El estadounidense ha demostrado mucho sentimiento en esta competición.
Esta es la pizarra antes del partido, luego vendrán los garabatos propios del tiempo muerto, la hora de la verdad donde predominará el sentimiento y la pasión, algo que Tom Watson ya ha querido incoar con una palabra: Revancha. El milagro de Medinah sigue doliendo y eso rompe todas las teorías.
Con siete jugadores europeos y otros siete estadounidenses presentes en Medinah 2012, habrá que saber gestionar esos recuerdos que aseguran el espectáculo de una de las competiciones más emocionantes del mundo.