Rory McIlroy ha despertado tarde en Augusta y una última ronda de 69 golpes el domingo le dejan buen sabor de boca pero sólo consiguen maquillar el resultado. El norirlandés acaba con el par después de cuatro rondas de 71-77-71 y 69 golpes.
Rory McIlroy llegaba como gran favorito en las apuestas y no ha brillado como se esperaba en esta 78 edición del Masters de Augusta. Su inicio de 71 golpes fue discreto pero esperanzador. Sin embargo una ronda de 77 golpes el viernes le dejaba al límite del corte y con un total de +4. "Ha sido frustrante porque me sentía cómodo de tee a green", decía al acabar. Y añadió que "sé que puedo jugar bien aquí. Me gusta este campo".
El sábado tampoco reaccionó y sólo pudo firmar 71 golpes, con un final también muy ilusionante de tres birdies en los últimos cuatro hoyos. Pero fue un espejismo porque el número 9 del mundo no ha conseguido enganchar buenos resultados esta semana. Después de un puesto 25 el año pasado, de un puesto 40 en 2012, de su mejor resultado en 2011, siendo décimo quinto, de no pasar el corte en 2010,y de terminar vigésimo en su estreno en Augusta en 2009, esta vez vuelve a rondar su mejor posición en el primer Major de la temporada pero sin pelera por la victoria.
En la última ronda, partiendo de muy atrás con +3, ha despertado con seis birdies y tres bogeys, una tarjeta de 69 golpes, que le acercan a los primeros puestos.Logra top ten y supera su mejor resultado en Augusta, el puesto 15 de 2011 cuando en la última ronda firmó 80 desde el liderato. Esta vez el domingo le ha ido mejor pero sólo le ha servido para maquillar una actuación más oscura que brillante.
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