Pedíamos espectáculo en el Open Championship y lo ha habido, sobre todo por parte de un zurdo estadounidense que llegando desde atrás ha adelantado a los favoritos en una última ronda memorable.
Decía Ernie Els que ganar el Open de Escocia es la mejor manera de prepararse para el Open. Nada más cierto que la realidad. Phil Mickelson venía de vencer la semana pasada en tierras escocesas, concretamente en Castle Stuart, y decía con orgullo que había conseguido hacerse con el links. Se podía pensar que una vez ganado en Escocia su cartucho para el Open se podía haber gastado, pero no. Mickelson tenía una bala en la recámara y la ha utilizado en el mejor momento.
El Open Champioship ha tenido el espectáculo deseado. En un escenario de golf en estado puro, con una dureza extrema y un paisaje de película de terror, muchos de los favoritos han dado la talla. El primero de ellos Phil Mickelson, que ha confirmado ese favoritismo con un Open donde ha ido de menos a más, y una ultima ronda de 66 golpes, con cinco birdies sin errores que han dinamitado el torneo. Ha sido el único en terminar bajo par y con tres golpes de ventaja sobre el segundo.
Pero este 142 Open ha dejado más perlas. Tigerno ha ganado pero ha peleado por ello, algo que hay que agradecer. También hemos visto a Adam Scott muy motivado por la victoria, queriendo enmendar su derrota del año pasado, ahora, con una chaqueta verde a sus espaldas. Y se ha visto a un Lee Westwood y Ian poulter muy cerca de tocar la gloria. Westwood la ha perdido con 75 golpes finales, y Poulter no ha llegado a pesar de los 67 golpes del domingo. En todo caso todos han dado el espectáculo deseado, algo que también han prestado los españoles, sobre todo Miguel Ángel Jiménez y Rafa Cabrera, flirteando con los primeros puestos.
En el lado negativo han defraudado McIlroy, Luke Donald o Justin Rose, que no pasaron el corte, o Graeme McDowell que sigue irregular, con triunfos y derrotas en un año de altibajos y que ha terminado muy atrás. Un Open mágico que ha conseguido aumentar la emoción del aficionado en una lucha preciosa que finalmente se ha llevado un americano que ya tiene algo más de escocés.